Las Tecnologías de la
Información y Comunicación han llegado a desempeñar un papel fundamental en la educación.
Su uso empezó como uno de los pilares básicos para la sociedad en general, pero
su importancia se fue reforzando en el campo educativo. No obstante, se debe
tener en cuenta que cualquier ciudadano, profesor o alumno, no siempre está
capacitado para dar una adecuada utilidad a estos medios tecnológicos. De ahí
que, la exigencia del conocimiento y uso de estas herramientas como medio
pedagógico, se ha convertido en un imperativo categórico para cada docente, ya
que, “no se puede entender el mundo de hoy sin un mínimo de cultura
informática”[1].
En este sentido, un docente, si no quiere seguir pernoctando en la ignorancia
del manejo de las Tecnologías de la Información y Comunicación, debe
preocuparse en saber y entender la forma de utilizar estos recursos como
instrumentos para generar conocimiento. Luego, para estar incluido en la
actualidad de esta cultura tecnológica, debe saber y entender “cómo se genera,
cómo se almacena, cómo se transforma, cómo se transmite y cómo se accede a la
información en sus múltiples manifestaciones”[2].
De este modo, obedeciendo
a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual en el Artículo 26,
Inciso 2, declara que el objetivo de la educación es “el pleno desarrollo de la
personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos
fundamentales”[3].
En este sentido, los docentes tienen el deber de conocer estas herramientas
para que puedan brindar una educación y formación de calidad a la vida
profesional y social. Así, la exigencia fundamental respecto a la capacitación
y uso de las TIC’s, hace referencia, básicamente la buena voluntad de los
docentes para que, con su esfuerzo, se actualicen en los recursos tecnológicos
de los últimos tiempos y puedan brindar una mejor calidad educativa a los ciudadanos
estudiantes que quieren servir a la sociedad formándose con los mejores
recursos tecno-pedagógicos. De ahí que, estos ciudadanos en proceso formación, teniendo
en cuenta estos recursos, puedan llegar a ser mejores profesionales de los que
ya hay, para brindar un mejor servicio a la sociedad. De estas personas
necesita nuestro pueblo. Por eso que es importante el uso de las TIC’s en la
educación. Ojalá fuera en todos los niveles educativos y de formación a la vida
profesional.
Creo que, inclusive si se
trata de favorecer con una formación de calidad a cada estudiante que, por
justicia debe recibir, estaríamos de este modo, favoreciendo al “bien común”[4] que tanto se habla hoy en
las campañas políticas con fines demagógicos. Las palabras de estos
“politiqueros” se las lleva el viento y cuando están en el sillón del poder se
olvidan de las promesas. Si tanto se habla de estar a favor de la educación,
debido a los resultados lamentables del último PISA que nos ubican en el último
lugar, el Estado debería financiar, no sólo a través del Ministerio de
Educación, sino también a través de los gobiernos regionales y locales, la
capacitación y actualización de los docentes que trabajan en su jurisdicción. En
este sentido, si “toda persona tiene derecho a la educación”[5], la preocupación debe ser
por el país en general, mas no sólo de la educación en las grandes ciudades. Luego,
los estudiantes de las zonas rurales, tienen los mismos derechos a ser
favorecidos con los actuales instrumentos pedagógicos que nos brindan las
Tecnologías de la Información y Comunicación.
De este modo, si hay
políticas de gobierno que favorezcan al sistema educativo de calidad, mediante
la utilización de las TIC’s, es ya responsabilidad de los docentes para que,
contando con las herramientas tecnológicas y pertinentes para una mejor calidad
educativa, puedan apostar por la integración de las TIC’s en el aula. Así, dependerá
de su capacidad y estrategia pedagógica para “estructurar el ambiente de
aprendizaje de manera no tradicional”[6]; pues no se trata de que
el profesor intente insertarse en este sistema educativo, sino que de todas
maneras forme parte de este proyecto. Debe ser partícipe en esta generación
cultural tecnológica y “preparar estudiantes, ciudadanos y trabajadores capaces
de comprender las nuevas tecnologías tanto para apoyar el desarrollo social,
como para mejorar la productividad económica”[7]. Además, el desarrollo y
la suerte de un país están en la calidad educativa. Como consecuencia, la
mejora de la educación mediante el uso de las TIC’s, traerá por añadidura el
desarrollo personal, social, cultural y económico de un país.
Respecto al desarrollo,
quiero insistir en el aspecto personal, pues la calidad de personas que
encontremos en la sociedad, dependerá de la calidad de formación que éstas
hayan recibido. Inclusive podría fundamentar estas ideas con la sabiduría de
dos sabios de la antigüedad, el filósofo y teólogo africano, san Agustín, cuando
dijo una vez: “Nemo dat quod non habet”[8]
(nadie da lo que no tiene), y también cuando Jesús de Nazaret les dijo a sus
discípulos: “¿acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el
hoyo?”[9] Me parecen oportunas estas
reflexiones en el ensayo que estoy desarrollando, ya que si los estudiantes no
reciben una educación de calidad por parte de sus guías pedagógicos, tampoco
después podrán desenvolverse de la mejor manera en la vida laboral. Entonces,
continuarían sumergidos en el mar de la ignorancia y arrastrados por la
corriente de la mediocridad como muchos. Luego, se trata, como dice Einstein,
de librarnos de caer en la situación “en la que todos los ciudadanos de todos
los países, sus hijos y su trabajo en la vida, se encuentran amenazados por la
terrible inseguridad que reina en nuestro mundo”[10], pero esta inseguridad
sería por la falta de capacitación y actualización en el uso de las TIC’s.
De este modo, la calidad
educativa del presente depende del compromiso de los docentes para brindar a
sus alumnos una informática educativa a través de las TIC’s. Sin embargo, no se
trata de que estos recursos tecnológicos resuelvan todos los problemas
educativos, sino más bien, de “desarrollar sistemas de enseñanza que relacionen
los distintos aspectos de la información”[11]. Además, la tecnología es
un poderoso instrumento o medio, sí, pero como tal es incapaz de solucionar
algo por sí misma, y menos si no sabemos manejarla adecuadamente. De ahí que,
es importante que los docentes sepan cómo funciona y cómo la integrarán como instrumento
pedagógico en la educación. Luego, en el aprovechamiento de estos recursos como
medios metodológicos, se estará garantizando y generando un mejor conocimiento en
los estudiantes, pues las prácticas educativas tradicionales ya no contribuyen
a “desarrollar las competencias imprescindibles para sobrevivir económicamente
en el mercado laboral actual”[12].
Se trata pues, al incluir
las TIC’s en los sistemas educativos y de acrecentar, de este modo, el bagaje intelectual,
social y cultural de los alumnos, futuros profesionales de la sociedad. Así, al
saber usarlas, podrán hacer mucho más cosas de las que ya saben. Además, a
mayor conocimiento sobre estos recursos, habrá mayor eficiencia educativa y
saldrán profesionales más eficientes y más competentes para el campo laboral.
No obstante, debemos tener en cuenta que, cuando se trata de “la utilización de
las TIC’s en los centros escolares por parte de quienes no tienen acceso a
ellas, en el ambiente familiar es un elemento de justicia”[13]. Otra vez se incluye
aquí, el tema de bien común, pero en este caso para insistir en el compromiso de
procurar un proceso de renovación en la educación, donde sean favorecidos
también, los que antes eran desfavorecidos en el uso de estas herramientas. De
ahí que, se debe procurar una conversión de lo tradicional a lo tecnológico y
de un cambio de mentalidad (Μετανοια)
de los anteriores y antiguos paradigmas educativos a un paradigma de la
inclusión digital mediante el uso de las TIC’s. En consecuencia, me parece
pertinente citar a esta altura de mi artículo, a san Pablo, en su Carta a los
Efesios: “Despójense, en cuanto a su vida
anterior, del hombre viejo […] y renueven el espíritu de su mente, y revístanse
del Hombre Nuevo”[14].
Consecuentemente, las
TIC’s son herramientas tecnológicas de la cultura del presente, cuyo uso se
debe incrementar en la educación. De hecho, la primera obligación es del
Estado, pues debe favorecer con los medios tecnológicos necesarios para que, al
menos los alumnos de los diferentes niveles educativos y superiores de las
instituciones públicas, puedan ser beneficiados con una educación y formación
de calidad a través de estos recursos tecno-pedagógicos. En este sentido, si el
Estado se preocupa por cubrir estas necesidades en las diferentes instituciones
públicas, es también compromiso de los docentes que se capaciten, actualicen y
garanticen una mejor educación desde el adecuado uso de las TIC’s. Sólo después
de esto podremos tener la seguridad de que se garantizará ciudadanos mejor
capacitados, eficientes y competentes en la vida profesional. Sólo después de
esto podremos decir con el gran Albert Einstein “si anhelamos con sinceridad y
pasión la seguridad, el bienestar y el libre desarrollo del talento de todos
los hombres no hemos de carecer de los medios necesarios para conquistarlos”[15].
[2]
Ibíd.
[3]
Cita extraída de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, aprobada y proclamada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, cuyos 30 artículos figuran impresos en la
primera o última página de la mayoría de cuadernos o libros en nuestro país.
[4]
Cf. VIDAL, Marciano. Moral Social
(Tomo III). Editorial Covarrubias, Octava Edición, Madrid: 1995; pp. 127-153.
[5]
Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Artículo 26, Inciso 1.
[6]
Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). ESTÁNDARES DE COMPETENCIAS
EN TIC PARA DOCENTES. Londres, 08 de enero de 2008. Pág. 7. Documento
consultado en el CD 1 Material de apoyo al docente, Inclusión Digital del
Ministerio de Educación.
[7]
Ibíd., p. 8.
[9] Nueva Biblia de Jerusalén. Desclée de
Brouwer, Bilbao, 1999. Lucas 6,39.
[10] EINSTEIN,
Albert. Mi credo humanista.
Traducción y selección de textos: Alfredo Llanos y Ofelia Menga. Editado por
elaleph.com; p.17.
[12]
Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Op. Cit. Pág.2.
[14] Nueva Biblia de Jerusalén. Op. Cit. Epístola a los Efesios 4,22-24.
[15] EINSTEIN,
Albert. Mi credo humanista. Op.
Cit., p. 3.
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