lunes, 29 de junio de 2015

EL DÉFICIT NEUROPSICOLÓGICO DE LA APRAXIA

INTRODUCCIÓN
El presente trabajo  propone realizar la revisión bibliográfica actualizada, donde se valoren los elementos esenciales desde del Déficit Neuropsicológico de la Apraxia, con la finalidad de conocer de cerca este tema y posteriormente dar  un diagnóstico certero de esta enfermedad.
Este estudio es de vital importancia. Constituirá el marco teórico fundamental de futuras investigaciones sobre la Apraxia. Por el déficit bibliográfico existente sobre esta temática se contará con un material actualizado, con los aspectos esenciales y necesarios sobre el tema investigado, que facilitará su diagnóstico certero. La importancia de este trabajo radica además, en que proporcionará recursos valiosos para la elaboración de Programas o Estrategias de Intervención que permitan la prevención, lo cual constituye un reto a nivel nacional, provincial y local.
Lo novedoso de este trabajo radica en que, durante toda la revisión bibliográfica, se realiza una crítica a los diferentes marcos teóricos referenciales, mediante una valoración de definiciones atribuidas a importantes autores de la bibliografía nacional e internacional. Apreciaremos la definición y conceptualización, las diversas Funciones cerebrales del control motor que altera el déficit neuropsicológico, la clasificación y finalmente, veremos algunos casos que ilustran sobre esta enfermedad, además de las conclusiones que se han llegado a establecer luego de formular este trabajo de investigación.

 1.1.- Definición y conceptualización de las funciones que altera el déficit neuropsicológico

El término apraxia fue introducido por Eteinhal en 1871, tras observar que ciertos afásicos eran incapaces de realizar movimientos a una orden dada, aunque espontáneamente podían realizarlos. Así, con estos descubrimientos se podría decir que la apraxia es una enfermedad neurológica caracterizada por la pérdida de la capacidad de llevar a cabo movimientos de propósito, a prendidos y familiares, a pesar de tener la capacidad física (tono muscular y coordinación) y el deseo de realizarlos. De este modo, se evidencia una disociación entre la idea, ya que la persona (el paciente) sabe lo que quiere hacer, y la ejecución motora, porque la persona (paciente) carece del control para responder con la acción inmediata, a pesar que le es fácil hacerlo espontáneamente en una situación natural (John P.J.Pinel 2007). Luego, la apraxia sería la alteración de la praxis, capacidad que según Webster (1948) tiene que ver con el obrar o ejecutar, es decir, con el control motor e intensión de alcanzar algo voluntariamente. Así, la apraxia es la alteración de las acciones motoras coordinadas que se realizan para alcanzar un fin.

Ahora bien, si teniendo la capacidad física para hacerlo, la persona no puede ejecutar una acción ordenada, entonces estamos hablando ya de un trastorno neuropsicológico, de una enfermedad del cerebro y del sistema nervioso, que tiene que ver con la coordinación entre la idea que la persona tiene por medio de un imperativo y la respuesta negativa de ésta, no porque no quiera hacerlo, sino porque teniendo la fortaleza, las habilidades físicas y el deseo de concretar los movimientos, no logra hacerlo, o mejor dicho, no puede hacerlo. Tiene deficiencia para hacer lo que se le ordena, a pesar de tener la capacidad motora y la intensión para hacerlo. Así, estamos hablando de un déficit neuropsicológico causado por un posible daño cerebral, por motivo de un tumor cerebral, una enfermedad neurodegenerativa, demencia, accidente cerebrovascular o lesión cerebral traumática. No obstante, si bien es cierto es producida por un evento externo, también es posible que una persona nazca con esta deficiencia. La causa en este caso se desconoce, pero se sabe que la enfermedad crece y se desarrolla simultáneamente con el niño. De este mismo modo, la apraxia, según su característica puede asociarse también con la afasia. En este caso estamos hablando de una apraxia del habla que, dependiendo la causa, el paciente podría presentar otros problemas del sistema nervioso o del cerebro.

En esta situación, se ve que la persona generalmente es consciente de su déficit, pero aun así es incapaz de integrar correctamente los movimientos musculares. Es un trastorno que puede deberse a una disfunción cerebral, tanto focal como difusa.  Así, se podría decir que la apraxia es uno de los trastornos metabólicos y estructurales que afectan al cerebro de forma difusa, en particular aquellos que deterioran el lóbulo frontal. El déficit parece ser secundario a la lesión de las vías nerviosas posrolándicas que retienen el recuerdo de los patrones aprendidos de movimiento, de modo que el paciente no puede conceptualizarlos ni traducirlos en una acción con finalidad. No obstante, entre un déficit y otro, podemos ver que las reacciones del paciente son distintas. Esto significa que no hay un solo tipo de apraxia a pesar que haya una sola definición para todas. Las apraxias selectivas con pérdidas de movimientos específicos, como por ejemplo, como la apraxia de construcción, la persona denota incapacidad para dibujar o realizar construcciones simples. Asimismo, la apraxia del vestido, pueden aparecer en la demencia y, en algunas ocasiones en las lesiones parietales focales. Esto significa que los pacientes con este tipo de problemas tienen la incapacidad para reconocer espacialmente las tareas ejecutadas, inclusive las bien aprendidas.

De este modo, si no hay respuesta positiva ante un imperativo que se le hace a la persona, entonces es evidente del problema cerebral, ya que según Blázquez Alisente (2013:171) citando a Roger Sperry, reconoce con este último que “el cerebro es el órgano del movimiento y para el movimiento: el cerebro es el órgano que mueve los músculos. Hace muchas otras cosas, pero todas ellas son secundarias al hecho de hacer que nuestros cuerpos se muevan”. Pero ¿por qué es importante el movimiento del ser humano? Porque está en interacción con su entorno y el movimiento es el modo de repuesta al entorno. Esto hace que cualquier actividad del ser humano esté relacionada con el movimiento. Así las alteraciones motoras tienen una gran importancia para el desarrollo y la supervivencia del ser humano. Un ser humano con incapacidad para moverse vive a merced de un tercero. Si éste quiere lo atenderá de la mejor manera, si no, simplemente está condenado a sufrir su miseria. En efecto, todos los movimientos, desde los más sencillos hasta los más complejos, responden a una coordinación muscular dirigida por la corteza cerebral.

Desde este punto de vista, es importante considerar que el aspecto motor comprende todas las formas de respuesta activa que emite el organismo, cuya actividad motora somática comprende tanto el movimiento voluntario en sí mismo, como los sistemas cerebrales que organizan su adecuada coordinación. Luego, la organización de los sistemas motores, implica un complejo procesamiento de manera que nos permite hacer cambios necesarios en el entorno. No obstante, en la conducta motora voluntaria hay que hay que diferenciar dos aspectos: un componente psicológico que implica el procesamiento de la información necesaria para elaborar un plan motor (praxia) y el aprendizaje del componente motor, que no implica procesamiento cognitivo alguno. A esto se le llama motricidad. Pero cuando se trata del déficit neuropsicológico que nos interesa en esta investigación, tiene que ver con el procesamiento de la información de la acción motora voluntaria, la misma que implica dos etapas previas del cerebro: planificación y programación. Así, para que una acción se cumpla, se necesita la intervención de diversas estructuras neuronales que intervienen en las etapas del control motor.

En esta acción voluntaria, la representación desempeña un papel fundamental respecto al control de la acción, ya que designa el contenido mental (información) ligado al objetivo y a las consecuencias de una acción, así como las operaciones neuronales que se suponen, tiene lugar antes y durante la ejecución de la acción. Aparte de eso, para que la acción se desarrolle adecuadamente es necesario procesar otras categorías de información perceptiva, como la información acerca del espacio externo, como aquella que tiene que ver con la información visual o auditiva, ya que ésta actúa como guía de la acción motora en el entorno; y la información acerca del propio cuerpo o propiocepción, aquella que nos proporciona un conocimiento de nuestra posición corporal en referencia al espacio externo, así como la capacidad de percibir la posición de nuestro propio cuerpo antes y durante la ejecución de la acción. De esta forma, a juicio de Liepmann, citado por Blázquez Alisente (2013:174), la apraxia es un problema de programación motora, cuya representación cerebral no coincide con los movimientos planeados. Luego, la apraxia sería la incapacidad de actuar, es decir, de “mover una parte del cuerpo de manera proposicional, sin deberse a debilidad, pérdida sensitiva, ataxia, acinesia o bradicinesia, hipometría o dismetría, o de un trastorno de la ejecución motora debido a temblor, distonia, corea, balismo o mioclonus”.

En este sentido, cuando hablamos de movimientos planeados, o aprendidos voluntarios, debemos tener en cuenta que éstos se clasifican en dos: a)     Los movimientos intransitivos, aquellos que no recaen sobre ningún objeto externo y que pueden ser simbólicos o no. Estos movimientos tienen que ver con sacar la lengua, hacer un círculo con los dedos de una mano, etc. b) Los movimientos transitivos, aquellos que recaen sobre un objeto. Estos pueden ser como coger un vaso con agua, cerrar un sobre, etc. Estos movimientos según Blázquez Alisente (2013:175) pueden ser “por imitación, baja orden realizando gestos intransitivos, bajo orden teniendo en cuenta el objeto que se evoca, bajo orden con manipulación del objeto, movimientos espontáneos”. Así, con la intensión de saber la razón de las áreas afectadas del cerebro que ocasionan déficits en el aspecto motor, relacionado con el trastorno de las apraxias, las conclusiones de Liepmann en 1905, después de una investigación empírica con 83 pacientes, señalan que este trastorno es la consecuencia de las lesiones en el hemisferio izquierdo del cerebro, no en el derecho. Sus conclusiones fueron las siguientes:

-       Existe una mayor contribución del hemisferio izquierdo en los procesos del movimiento voluntario de ambas manos que del hemisferio derecho, sin excluir por completo la contribución de este hemisferio derecho en la planificación de la acción.

-       El sistema motor está compuesto por tres elementos o componentes fundamentales: a) La fórmula del movimiento o secuencias espacio temporales de movimientos familiares definidas como el conocimiento general del curso de un procedimiento a ser realizado. Las dificultades en la formulación del movimiento se presentan como resultado de lesiones en regiones posteriores izquierdas. b) La habilidad para realizar la inervación de los movimientos, es decir, de transformar las fórmulas de los movimientos en patrones motores. Estos patrones inervados se consideran parte del sistema práxico regulado por los lóbulos frontales. c) Las memorias cinéticas de los movimientos sobreaprendidos. Estas memorias requieren movimientos familiares, muy practicados y rutinarios.

1.2.- Funciones cerebrales del control motor que altera el déficit neuropsicológico

Antes de desarrollar cada función cerebral hay que tener en cuenta que las respuestas motoras empiezan en la médula espinal como reflejos simples, mientras que los centros motores superiores participan en la regulación de los movimientos modulados y habilidosos. Por otro lado, los impulsos responsables de iniciar los movimientos voluntarios empiezan en la corteza motora primaria, induciendo la contracción de músculos específicos. Asimismo, esta corteza, junto con la corteza premotora, prefrontal, sensitiva y asociativa, llevan a cabo la programación y organización secuencial de cada actividad motora. Para una mejor comprensión de esta función neurológica, veremos a continuación una ilustración de los movimientos que ordena la corteza motora primaria en diferentes partes del cuerpo.

A pesar que hay varias áreas del cerebro que deben trabajar conjuntamente para coordinar una acción motora concreta y que, por tanto, no habría área única del cerebro, responsable de la ejecución de un movimiento determinado, según la ilustración anterior adoptada por W. Penfield y T. Rassmussen (1950), la corteza motora primaria es crucial para las funciones básicas. No obstante, es importante reconocer también, que la responsabilidad de la correcta elaboración y realización práctica, recae sobre los lóbulos frontales y parietales, como también en el cerebelo y los ganglios basales.
1.2.1.- La función del cerebelo y ganglios basales

Lo ganglios basales y el cerebelo proporcionan un papel básico del movimiento y almacenan programas aprendidos que han sido automatizados. El cerebelo es responsable del equilibrio, la postura y la coordinación. La información relativa al movimiento y a la posición del cuerpo se procesa en el cerebelo con el fin de que podamos modificar la postura y coordinar los movimientos. De ese mismo modo, según Blázquez Alisente (2013:178), las investigaciones han revelado la relación de los ganglios basales con la corteza frontal y parietal. Así, las alteraciones de los ganglios basales producen déficits en la función práxica. Estos déficits están relacionados por la correcta iniciación del movimiento. Luego, se concluye que los ganglios basales son un componente estructural fundamental del sistema del movimiento voluntario y que sus aportaciones son múltiples y complejas. Del mismo modo se sabe que los ganglios basales están implicados en la producción de secuencias de movimientos nuevos y aprendidos y sugieren que su papel en un componente integral de la red cerebral de la praxia.

Así mismo, a juicio de Mink, citado por Blázquez Alisente (2013:180), la función de los ganglios basales consiste en moderar la respuesta elegida mediante la inhibición de respuesta del córtex. Así, las lesiones en los ganglios basales pueden deteriorar la organización de movimientos voluntarios debido a la inundación de respuestas. En efecto, podemos decir que los ganglios basales están implicados en la producción del aprendizaje de habilidades motoras. De este modo, la aportación de los ganglios basales es esencial, en la medida en que proporciona un seguimiento en los movimientos y establece rápidamente los ajustes necesarios para que la ejecución sea precisa, pero no sin dejar de lado la intervención indispensable de la corteza parietal, frontal y del cerebelo. 

1.2.2.- La función del lóbulo frontal

El lóbulo frontal es la corteza cerebral encargada de integrar la información y controlar la mayoría de las funciones motoras, así como del resto de conductas complejas. De este modo, el lóbulo frontal es el encargado de la planificación de las acciones motrices, las mismas que implican poder tener una idea de lo que se va hacer, planificar esta idea y ejecutarla. Ahora bien, hay que tener en cuenta que éste lóbulo no es una sola área, está dividido en tres áreas, cada una de las cuales se encarga de procesar un determinado tipo de información. Estas áreas de tipo motor son las siguientes:

-       La primera área se encuentra localizada en la corteza motora primaria. Esta área es contralateral, es decir, que la mitad derecha domina el hemisferio izquierdo y viceversa. Esta área controla los músculos específicos del todo el cuerpo como hemos visto en una ilustración anterior, pero se encarga en especial de los movimientos finos con los dedos, labios o boca.

-       La segunda se llama corteza premotora (áreas premotoras) y desarrolla movimientos musculares complejos, como masticación, deglución, etc. Aquí es donde se crea la integración temporal del movimiento y se inhiben o modulan estructuras motrices profundas, pues se trata de una región de la corteza crítica para la programación y planificación motora.

-       La tercera área es la corteza prefrontal dorsolateral, encargada de seleccionar la estrategia más adecuada para poner en marcha el movimiento en función de la experiencia y en la toma de decisión de iniciarlo.

Consecuentemente, es necesario tener en cuenta que la función del control motor, está distribuida a través de varios sistemas anatómicofuncionales diferentes, pero que trabajan al unísono, pero que cada uno de ellos controla procesos específicos. Ahora bien, ¿cuál es la función de estas áreas motoras y premotoras de la corteza? Enviar proyecciones a los ganglios basales, formando distintos circuitos que describimos a continuación:

a)    La función de circuito parietofrontal para la integración sensoriomotora

La función de este circuito es transformar la información sensorial en información necesaria para el movimiento. Esta transformación implica mecanismos paralelos que simultáneamente unen áreas frontales y parietales mediante conexiones corticocorticales. La corteza parietal superior comprende una multitud de áreas que están implicadas en el análisis de la información sensorial (información visual, auditiva, vestibular, somatosensorial, etc.). Se sabe que esta región aporta las claves motivacionales y sensoriales en los movimientos dirigidos a un objeto.

Por otro lado, el circuito parietofrontal, lleva a cabo los movimientos originados en el lóbulo parietal superior y tiene relevancia en la planificación de la trayectoria del movimiento, en la preparación del movimiento y en la selección de la acción; además de contribuir a la localización espacial de estímulos externos para el adecuado alcance de objetos. No obstante, hay que tener en cuenta que el manejo adecuado de los objetos requiere de información visual, para codificar las propiedades de éstos (tamaño, forma) y así producir patrones adecuados de la mano y de los dedos. Así, las lesiones en el circuito parietofrontal implican dificultades en la transformación de información somatosensorial necesaria para alcanzar, coger y manipular objetos. De este modo, este déficit provocará fallos en la orientación y en la coordinación del movimiento. 

b)    La función de los sistemas frontoparietal y frontoestriacal: secuenciación del movimiento

Blázquez Alisente (2013:181) asegura que estudios de neuroimagen funcional muestran que diferentes sistemas neuronales son activos en la preparación y generación de una acción secuencial, dependiendo de si una secuencia ha sido preaprendida o es nueva, y dependiendo de la demanda atencional de las tareas. Además se sabe que la corteza sensoriomotora primaria, los ganglios basales y el cerebelo están principalmente implicados en la ejecución de acciones automáticas, sobreaprendidas y en las secuencias de movimientos, mientras que la corteza prefrontal, la corteza premotora y la corteza parietal posterior participan en la ejecución de secuencias de movimientos complejos o nuevos, lo cual requiere atención, integración de información, procesos de memoria de trabajo y supervisión de la secuencia de los movimientos.

c)    La función del sistema temporoparietalfrontal: reconocimiento e imitación de acciones

El papel crucial de esta estructura es tener una representación interna de las acciones que son evocadas al ver las acciones  realizadas por otros. Por lo tanto, este sistema está implicado en las funciones de reconocer y de imitar acciones. Las áreas implicadas en estas funciones son la corteza premotora, el lóbulo parietal superior y el surco temporal superior. Del mismo modo, según Blázquez Alisente (2013:183), se ha observado que cuando un gesto es observado con intensión de ser imitado y no solo reconocido, la activación está relacionada con estructuras habitualmente implicadas en la planificación de las acciones, como la corteza prefrontal dorsolateral y el área motora suplementaria. En consecuencia, la imitación de movimientos es generada por conexiones directas entre la corteza frontal y occipitotemporal. Estas últimas relacionadas con la imitación de acciones significativas.

1.3.- Conceptualización del déficit neuropsicológico, características y localización
Cada tipo de apraxia presenta sus propias características y dentro de ésta clasificación tenemos:
1.3.1.- Características de la Apraxia de la marcha

La apraxia de la marcha se caracteriza por una pérdida  por parte del paciente del conocimiento  de saber utilizar las piernas  para caminar.  Aquí  el paciente que padece no sabe qué hacer con sus piernas que no se separan del suelo, como si estuvieran imantadas y permanece en decúbito, en flexión.

-       Localización de la lesión: El trastorno es causado por daño bilateral de los lóbulos frontales  o por las lesiones de la sustancia  blanca que interrumpen las conexiones de la corteza premotora con el área motora suplementaria y el cerebelo y los ganglios basales.

1.3.2.- Características de la Apraxia del habla

La apraxia del habla es un trastorno de comunicación neurogénica que afecta al sistema de programación motor para la producción del habla. Las personas con AOS demuestran dificultad en la producción del habla, específicamente en la secuencia y la formación de los sonidos. El individuo sabe exactamente lo que quieren decir, pero hay una interrupción en la parte del cerebro que envía la señal al músculo para el movimiento específico. Las personas con AOS adquiridos demuestran las características distintivas de los errores de articulación y la prosodia. Asimismo, características coexistentes pueden incluir tanteo y producción del habla esforzada con la auto-corrección, dificultad para iniciar el discurso, el  estrés anormal, errores de entonación y el ritmo, y la incompatibilidad con la articulación.
Wertz et al, describe las cinco características siguientes del habla que una persona con apraxia del habla puede exhibir:
El ensayo con esfuerzo y error con Groping tanteo es cuando se busca la boca para la posición necesaria para crear un sonido. Cuando se produce este proceso de ensayo y error, los sonidos pueden mantenerse por más tiempo, repiten o en silencio se expresan. En algunos casos, una víctima de la AOS puede ser capaz de producir ciertos sonidos por sí mismos, de fácil e inconscientemente, pero cuando se le solicite por sí para producir el mismo sonido que el paciente puede andar a tientas con los labios, con el control volitivo, mientras que luchan para producir el sonido.  Se habla también que la auto-corrección de errores de los pacientes, pues son conscientes de sus errores del habla y pueden tratar de corregirse a sí mismos. Esto puede implicar consonantes, vocales distorsionadas y sustituciones de sonido.
Las personas con AOS a menudo tienen una mayor comprensión del habla de lo que son capaces de expresar. Esta capacidad receptiva permite que intenten la auto-corrección. El ritmo anormal, el estrés y los enfermos de entonación de AOS presentan errores prosódicos que incluyen tono irregular y ritmo. Esta prosodia provoca que su discurso sea demasiado lento o demasiado rápido y altamente segmentado. Un altavoz AOS también hace hincapié en sílabas incorrectamente y en un tono monótono. Como resultado, el discurso se describe a menudo como "robótico '. Cuando las palabras se producen de forma monótona con el estrés, sílabas iguales, una palabra como "tectónica" puede sonar como 'tec-ton-ic' en lugar de 'tec-TON-ic'. Estos patrones se producen a pesar de que los hablantes son conscientes de los patrones prosódicos que se deben utilizar. Errores de articulación inconsistentes sobre las producciones del habla repetidas de la misma expresión cuando producen la misma expresión en diferentes casos, una persona con AOS pueden tener dificultades para el uso y mantenimiento de la misma articulación que se utilizó previamente para que hablasen.
En algunos días, las personas con AOS pueden tener más errores, o parecen "perder" la capacidad de producir ciertos sonidos por un período de tiempo. La articulación también se vuelve más difícil cuando una palabra o una frase requiere ajuste de la articulación, en la que los labios y la lengua tienen que desplazarse para alternar entre sonidos. Por ejemplo, la palabra "bebé" necesita menos regulación de la boca de la palabra "perro", ya que la producción de "perro" requiere dos movimientos de la lengua/boca para articular. Dificultad para iniciar expresiones Producir expresiones se convierte en una tarea difícil en pacientes con AOS, que dan lugar a diversos errores del habla. Los errores en la realización de un discurso, movimiento, gesto, pueden aumentar a medida de la longitud de los aumentos de elocución. Puesto que las palabras de varias sílabas son difíciles, los que tienen AOS utilizar sílabas simples y un rango limitado de consonantes y vocales.
Según el “Modelo Neurofisiológico para la programación motora del habla” (Darley, Aronson y Brown, 1978) el lenguaje puede definirse como “la comprensión y  la formulación de palabras y la secuencia de palabras con significado para la comunicación de ideas y sentimientos. Por tanto, comprende palabras y gramática o las unidades y secuencia ordenada de unidades”. El habla se describe en términos más microscópicos, es decir, como “la recepción y producción de fonemas y de secuencias de fonemas con significado para la transmisión del lenguaje. Se considera la infraestructura del lenguaje”.

-       Localización de la lesión

La lateralidad de las lesiones que producen afasia y apraxia del habla puede definirse en términos probabilísticos. Existe un mayor porcentaje de lesiones producidas en el hemisferio izquierdo. En él podemos diferenciar dos zonas:

a)    Zona posterior

Comprende la parte media y posterior del lóbulo temporal, el lóbulo parietal inferior adyacente y  el lóbulo occipital anterior adyacente. Incluye un analizador para la recepción del habla y un procesador integrador para todas las modalidades del lenguaje.

b)    Zona anterior

Comprende la base de la tercera circunvolución frontal y la circunvolución de Broca. Su función principal es la programación motriz del habla. Estas dos zonas están interconectadas mediante el fascículo arciforme y su continuación en el lóbulo frontal (Benson y Geschwind, 1973). Y simultáneamente, están conectadas con las áreas homólogas del hemisferio opuesto por haces fibrosos del cuerpo calloso.

El  proceso central del lenguaje  requiere la integridad de la parte posterior del lóbulo temporal dominante y una parte los lóbulos meso temporal, parietal inferior y  occipital anterior adyacentes. Las funciones más importantes que desempeña son:

-       Transformación del lenguaje recibido en su contenido significativo.
-       Conversión del contenido significativo interno en un lenguaje para la exteriorización.
-       Acceder a su vocabulario de palabras y a las reglas adecuadas para el ordenamiento significativo de dichas palabras.

El analizador del habla auditiva  requiere la integridad del lóbulo meso temporal del hemisferio dominante para el lenguaje. Su función es analizar la producción y las secuencias de fonemas que componen las palabras.

El procesador central del lenguaje, una vez realizadas sus funciones, convierte las secuencias  significativas de palabras en un código nervioso que serán las indicaciones para el programador motor del habla. Éste, comienza a activar de  forma selectiva, unos 100 músculos necesarios para la producción del habla en el momento, orden y duración adecuados para producir los sonidos verbales en la secuencia deseada.

Aunque en la mayor parte de operaciones es el procesador central del lenguaje el que guía al programador motor del habla, éste también puede ser dirigido por el analizador del habla (P. ej: una persona puede repetir (analizador del habla auditiva) o leer (analizador del habla visual) una palabra sin comprender su significado).

Podemos encontrar cierta disparidad de criterios pero la  apraxia del habla parece ser resultado de una lesión en la tercera circunvolución frontal del hemisferio dominante (en la región del área de Broca). Esta región es también conocida como el “área de Brodmann 44/45”. Normalmente, la  afasia de Broca y la apraxia coexisten. Algunos investigadores piensan que los ganglios basales pueden tener funciones de programación similares a aquellas atribuidas al área de Broca (McCaffrey, 2003: CMSD 642 Unit 8).

Lesiones en lóbulo frontal posterior izquierdo, lóbulo parietal, ínsula y ganglios basales producen  apraxia del habla. Estas lesiones pueden ser causadas por traumatismos, tumores, lesiones vasculares, enfermedades degenerativas (EM), degeneración cortico basal, afasia progresiva primaria, etc.

1.3.3.- Características de la apraxia ideomotora

La característica fundamental es una anómala orientación postural o un patrón espacio-temporal anómalo en la realización de movimientos intencionados con el brazo, mano o dedos. A pesar de los errores, suele ser posible reconocer el objetivo del movimiento. Las principales dificultades se producen en la pantomima de los movimientos transitivos. El rendimiento mejora en la imitación o en el uso real de objetos, aunque incluso en estos casos suelen observarse errores. También suelen estar más afectados los movimientos transitivos que los intransitivos. Para Haaland y sus colaboradores (1999) esto apoya la idea de que en la apraxia ideomotora hay una mala integración de los componentes intrapersonales (posición de la mano) y extrapersonales (localización en el espacio) del movimiento. Los movimientos transitivos, que requieren sujetar y mover en el espacio un objeto, implican una mayor demanda de esta integración.

-       Localización de la lesión:

            Lesiones de esta apraxia se hallan  en el hemisferio izquierdo a nivel parietal o frontal y, menos frecuentemente, a las vías callosas anteriores (apraxia unilateral izquierda). Una lesión parietal a nivel de la circunvolución supramarginal produce una  desconexión entre la recepción de las órdenes verbales y las áreas premotoras, lo que condicionará una apraxia ideomotora bilateral a la orden.
1.4.- Clasificación y sub clasificación del déficit neuropsicológico

1.4.1.- Apraxia de las extremidades

Movimientos torpes, amorfos, abreviados y deformados. Defectos en hemicuerpo contralateral a la lesión. Unilaterales Cinética Simpática Callosa -Apraxia en ejecución pura del movimiento, pérdida en velocidad y exactitud (Kleist,1907). Según Luria, está relacionada con afasia de Broca. Dificultad de miembros izquierdos, tipo gestual. Hemiparesia mano derecha y apraxia ideomotora mano izquierda, por lesión en cuerpo calloso. Mano izquierda incapaz de realizar movimientos guiados verbalmente y de escribir, conservado: manipulación de objetos, imitación, escritura con mano derecha, descripción del uso de objetos.

-       Apraxia de la cara: Buco-facial Ocular

Incapacidad de realizar voluntariamente movimientos bucos faciales. Movimientos automáticos conservados. Imposibilidad de realizar voluntariamente movimientos de los ojos. Movimientos involuntarios conservados. Movimientos por orden verbal conservados.

-       Apraxia axiales

Compromiso de movimientos con el eje del cuerpo. Esto tiene que ver con el tronco pedal. Esto ocasiona la incapacidad de realizar movimientos axiales como sentarse, pararse de una manera determinara, etc.

-       Apraxia del lenguaje

Encontramos aquí la frontal cinética  A. Broca Parietal ideomotora  A. conducción Habla Verbal -Alteración en la planeación o programación de los movimientos secuenciales utilizados en la producción del lenguaje. -Distorsión de fonemas, omisiones, sustitución. -Por lesión en la ínsula. Según Buckingham (1991), hay dos tipos: prerrolándicas y retrorrolándicas. La diferencia está en los errores fonéticos.

-       Apraxias espaciales Construccional Vestido

Alteración en la planeación o programación de los movimientos secuenciales utilizados en la producción del lenguaje. -Distorsión de fonemas, omisiones, sustitución. -Por lesión en la ínsula. Dificultad en saber cómo se usan las partes del cuerpo y relacionarlas con la vestimenta.

1.4.2.- El Modelo de Luria

Según Luria, las etapas de las apraxias son las siguientes:

 a)    Apraxia aferente

Es la dificultad para el control de posturas sin control visual. Está asociada con la lesión en las zonas post-centrales del hemisferio izquierdo y se manifiesta con máxima evidencia en la mano contra lateral.

b)    Apraxia eferente

Se manifiesta como la dificultad para realizar movimientos secuenciales. Se da por lesión en el área pre-motriz.

c)    Apraxia dinámica

Se caracteriza por una pérdida del objetivo del movimiento. Se da por lesión en el área pre-frontal.

-        Apractoagnosia

Se manifiesta por una dificultad para realizar construcciones. Se da por lesión donde confluyen los lóbulos temporal, parietal y occipital.

1.4.3.- El Modelo de Liepmann

Este modelo está integrado por 2 centros:

a)      El centro de la ideación

Es el plan para pensar la acción, donde se encuentran almacenados todos los movimientos conocidos.

b)      El centro del acto motor
           
Es el plan para hacer la acción, donde se encuentran acumulados los patrones inervatorios (cómo se hace) necesarios para traducir esas memorias abstractas del movimiento acumuladas para que el área motora genere los impulsos necesarios para la contracción de los músculos.

1.4.4.- Los tipos de apraxias de Liepmann

Liepmann describió tres tipos de apraxias:

a)    La apraxia ideatoria

Acá el centro de la IDEACION no funciona. Se caracteriza por una dificultad tanto para la realización de actos q requieren el uso de objetos como para los movimientos transitivos, sin objeto y para los movimientos intransitivos. La dificultad afecta tanto al hemisferio derecho como al izquierdo. Aquí el paciente falla porque no tiene disponible el proyecto general del movimiento. Esta apraxia se encuentra en pacientes con lesiones extensas que afectan gran parte del hemisferio izquierdo dominante o con daño cerebral difuso como en la demencia.

b)    La apraxia ideomotora

Acá los centros no están mal, sólo no están conectados. Estos pacientes manejan correctamente los objetos pero fracasan en la realización de actos transitivos (s/el objeto) y en la realización de actos intransitivos (simbólicos). Todos estos signos se ponen de manifiesto de manera bilateral. Se pueden producir por lesiones del cuerpo calloso o por lesiones del hemisferio izquierdo.

c)    La apraxia mielokinética

Es la dificultad para la realización de movimientos rápidos, alternativos o seriados. Suelen ser unilaterales (afectan al lado contralateral de la lesión) por afectación de la zona premotora. Este cuadro es similar a la apraxia eferente de Luria. Liepmann, lo interpreta como pérdida de los engramas inervatorios (cómo se hace), almacenados en la región premotora, debido a una lesión a este nivel.

                1.4.5.- Tipos y subtipos con características específicas de cada subtipo

Veremos las clasificaciones de cada una, con los detalles que caracterizan a sus subcategorías.

a)    Apraxia de la marcha: Presenta una discapacidad para realizar movimientos integrados en la marcha.

b)    Apraxia del vestido: No tiene una organización al momento de vestirse.

c)    Apraxia del desarrollo: Poco desarrollo que presenta una planificación y ejecución motora ineficaces en niños por inmadurez de su S.N.C.

d)    Apraxia idemotora: No puede ejecutar un gesto a pesar de entender la tarea y posee la capacidad física con la cual lleva un gesto.

e)    Apraxia ideacional: Se trata de un trastorno en el que los movimientos individuales se encuentran intactos y la ejecución de una secuencia de movimientos complejos sobre los objetos la que está deteriorada.

f)     Apraxia Constructiva: No puede construir figuras en un orden espacial.

g)    Apraxia motora: Tiene la incapacidad para realizar movimientos planeados o para manejar objetos pequeños. Se produce por una lesión en la corteza frontal premotora en el lado contrario al de la extremidad afectada.

h)    Apraxia oral no verbal: Sufre incapacidad para realizar movimientos orales en respuesta a una orden verbal o limitación con capacidad conservada para que se produzca de forma semiautomática en acciones similares.

i)     Apraxia del habla: Sufre alteraciones para la programación de movimientos complejos, coordinados y secuenciales que se utilizan para producir el habla en ausencia de parálisis o lesión que impide el movimiento.

1.4.6.- Cuatro manifestaciones clínicas de la apraxia

- Incapacidad de realizar correctamente un movimiento por orden verbal.
- Impedimento para imitar movimientos realizados por el examinador.
- Dificultad para realizar un movimiento en respuesta a un objeto
- Incapacidad de manipular un objeto en forma adecuada.

 2.2.- Creación y justificación de casos

2.2.1.- Caso Nº 1: Apraxia del habla

Un varón de 60 años, casado, diestro, con estudios básicos, albañil de profesión, cuya lengua materna es el castellano; que en mayo de 2004 sufre ACV isquémico de arteria cerebral media izquierda. Como consecuencia presenta pérdida brusca de conciencia y caída al suelo presentando posteriormente hemiplejia derecha, afasia mixta coexistente a la apraxia del habla, hemiparesia facial central derecha y hemianopsia homónima derecha. La evaluación se inició mediante el Test de Boston, prueba que se detuvo debido al fracaso y frustración del paciente; por lo que se optó por la observación directa estableciendo finalmente como objetivo alcanzar la máxima funcionalidad posible tanto en el aspecto expresivo como en el comprensivo en el plazo de dos años. En la actualidad, está realizando tratamiento rehabilitador en las áreas de fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia en la Unidad de Daño Cerebral Nuestra Señora del Carmen. Dicha Unidad ofrece un tratamiento caracterizado por ser ambulatorio, interdisciplinar, integral e individual.

2.2.2.- Caso N º2: Apraxia constructiva

Mujer de 71 años, contadora de profesión, jubilada a los 60 años de edad, dominancia diestra, con antecedentes de hipertensión arterial y dislipidemia en tratamiento regular con losartán 50 mg qd y atorvastatina 20 mg qd, sin antecedentes familiares de importancia. Acude a consulta por compromiso visual y dificultad en el manejo del dinero, por lo que no podía realizar sus actividades instrumentales de vida diaria sin asistencia de su esposo. Al realizar el cuestionario de sintomatología neuropsicológica, con ayuda del esposo, se logra detallar que los síntomas se iniciaron 4 años atrás, con dificultad para encontrar objetos, como los anteojos de lectura sobre su escritorio, o los cubiertos sobre la mesa al comer; tenía serias dificultades para abrir o cerrar un recipiente, pues no identificaba cuál de los costados correspondía a la tapa, le costaba mucho guardar un objeto dentro de su caja y se tropezaba con los escalones al subir las escaleras.

Los resultados de las pruebas de cribado revelaron 23/30 en el Mini Mental State Examination (MMSE); 2/10 en la prueba de dibujo de reloj-versión de Manos (PDR-M) (figura 1) y 23 en el Pfeffer Functional. Un año después observó que luego de contestar el teléfono no lograba poner el auricular en el sitio correcto, y presentaba accidentes relacionados a dificultades en calcular la distancia de los objetos, por ejemplo al intentar sentarse en la silla, o al subir al auto. Posteriormente, transcurrido aproximadamente un año, el esposo notó que la paciente tenía dificultades para reconocer las diferentes denominaciones de billetes en nuevos soles; ella podía asumir que el billete de 10 y el billete de 20 nuevos soles tenían el mismo color, pero si miraba con detalle las denominaciones, podía reconocer su error. Luego de un tiempo, además presentó dificultad para realizar los cálculos del cambio de soles a dólares; sobre todo cuando los realizaba con la calculadora, pues al leer la cantidad resultado de una operación matemática, cambiaba un número por otro, lo que variaba el resultado final de la transacción. El examen clínico neurológico fue normal, excepto por una leve alteración de los campos visuales a pesar de la agudeza visual normal, pues al pedirle contar dedos cometía repetidos errores, que inmediatamente corregía cuando movía su cabeza y dirigía la mirada hacia la izquierda.

Activities Questionnaire (PFAQ). Los exámenes de sangre de hematología, bioquímica, Elisa-VIH, VDRL, perfil tiroideo y niveles de vitamina B12 fueron normales. En la evaluación neuropsicológica, la atención estaba conservada (repitió hasta 6 series de dígitos en orden directo e inverso, y pudo denominar los meses del año en orden inverso), la orientación en el tiempo y el espacio fueron normales, no presentó apraxia ideatoria, ideomotora, del vestir, ni del habla; pero sí una apraxia constructiva por descuido de detalles. En la evaluación del lenguaje, la fluencia, comprensión y repetición fueron normales. En la denominación, denominó con certeza colores y objetos; pero cometió errores con algunos dibujos, sobre todo debido a la percepción de detalles aislados (cuando se mostró el dibujo de la mesa, ella denominó columnas, refiriéndose a las patas del mueble). Al describir la lámina 1 del test de Boston; pudo referirse a algunos elementos de la escena, pero con omisión de otras escenas igualmente importantes y sin llegar a una síntesis global de la escena. En la evaluación de lectura, reconoció cada letra, pudo leer con precisión palabras aisladas y oraciones simples; pero en los párrafos largos, omitía algunas palabras, saltaba de un renglón a otro y no podía leer palabras poli-silábicas. En la escritura, lo hacía con mala alineación de los renglones, errores ortográficos y mezcla de letras minúsculas y mayúsculas, o mezcla de letras tipo imprenta con cursivas.

2.2.3.- Caso Nº 3: Apraxia del vestir, ideomotora y construccional

Varón de 66 años, profesor universitario, dominancia diestra, con antecedentes de traumatismo cráneo-encefálico por accidente de tránsito a los 31 años de edad, sin secuelas y cirugía por angioplastia coronaria a los 45 años de edad. Usuario regular de carvedilol, rosuvastatina y ácido acetilsalicílico. No presenta antecedentes familiares de enfermedades neurológicas y psiquiátricas. Acudió a la consulta, porque desde hace 2 años y medio presenta dificultad para leer, él refiere que tiene una progresiva tendencia a saltar los renglones, por lo que tiende a leer con un marcador que le permite identificar un renglón y luego dirigirse ordenadamente al siguiente. Un año después, su esposa nota que tiene dificultades para encontrar objetos en el espacio, cuando había escaso contraste, por ejemplo presentaba serias dificultades para encontrar los botones que señalaban el número del piso en el ascensor, o los manubrios de las puertas de los closets cuando eran del mismo color del material de la madera. Luego, se agrega falla para la orientación en lugares nuevos; tiene dificultades para retornar a casa desde el supermercado, y en dos oportunidades no logró encontrar su auto en el estacionamiento, cuando salió por una puerta distinta a lo acostumbrado. Su esposa refiere que dejó de manejar, cuando chocó su auto en la cochera de su casa al no calcular la distancia del otro auto que se encontraba estacionado frente a él; sin embargo varios meses antes, ya había sufrido varios choques menores. Al mismo tiempo, se hace evidente la dificultad para realizar el pago de servicios (teléfono, luz y agua) en el banco, al no poder realizar los cálculos de los pagos totales. Seis meses antes de la consulta, la desorientación espacial episódica se hace evidente dentro de casa, inicialmente a predominio nocturno, y luego también en las primeras horas, luego de despertar. El examen clínico neurológico demostró alteraciones en la grafestesia y estereognosia en el miembro superior derecho, hiperreflexia osteotendinosa asimétrica con respuesta plantar flexora bilateral, y hemianopsia homónima derecha. Los resultados de las pruebas de cribado revelaron 17/30 en el MMSE, 0/10 en la PDR-M y 30 en el PFAQ. Los exámenes de sangre de hematología, bioquímica, Elisa-VIH, VDRL, perfil tiroideo y niveles de vitamina B12 fueron normales. En la evaluación neuropsicológica, se demostró pobre atención y concentración, desorientación espacial y temporal, y marcada apraxia del vestir, ideomotora y construccional. En la evaluación del lenguaje, la fluencia y repetición fueron normales, con escasas parafasias semánticas. En la comprensión, no tuvo problemas para las órdenes simples; pero si con la mayoría de órdenes complejas. En la denominación por confrontación, tuvo serias dificultades para denominar objetos como tijeras, embudo, máscara, reloj, lapicero, billetera, cama, estetoscopio, silbato y armónica. Al describir la lámina 1 del test de Boston, no pudo describir escenas aisladas, y tampoco pudo plantear una síntesis global de la escena. En la evaluación de lectura, reconoció cada letra, pudo leer con precisión palabras aisladas; pero no oraciones simples, y en los párrafos largos, omitía algunas palabras, saltaba de un renglón a otro y no podía leer palabras poli-silábicas. En la escritura, lo hacía con mala alineación de los renglones y múltiples errores ortográficos. En las tareas de cálculo, sólo logró realizar con eficiencia algunas sumas simples, sin lograr realizar restas, cálculo escrito y la solución de un problema. En memoria verbal, tuvo un buen rendimiento en las pruebas de recuerdo inmediato, recuerdo retrasado y reconocimiento. En memoria semántica, evocó 6 nombres de animales en 60 segundos. En la evaluación de habilidades visuo-espaciales, no pudo reconocer las figuras enmascaradas de Poppelreuter; mientras que en la evaluación de habilidades visuo-constructivas, él no pudo copiar con éxito la figura compleja de ReyOsterreith (figura 4) y las margaritas. En la evaluación de funciones ejecutivas, en fluencia fonológica sólo pudo evocar 5 palabras con la letra P en 60 segundos, el TMT parte A pudo completarlo en 73 segundos, y el TMT B lo hizo en 204 segundos, mientras que el rendimiento en el WCST pudo completar todas las categorías, pero con un elevado porcentaje de errores perseverativos. La exploración visual del ambiente era escasa, lenta, irregular e ineficaz, y muchas veces la mirada pasaba sobre el objeto que buscaba sin verlo. Fue capaz de seguir con la mirada un objeto que se movía en forma pendular sólo si el movimiento era lento, pero sí éste se aceleraba, los globos oculares realizaban movimientos irregulares y perdía el objeto; y el nistagmo optocinético horizontal y vertical estaba.

2.2.4.- Caso Nº4: Apraxia ideatoria parcial

Mujer  de 62 años; diestra, casada, con 4 años de escolaridad, trabajaba de comerciante. No existían antecedentes personales ni familiares de importancia. Hace 6 años atrás presentaba temblor y torpeza del brazo derecho, a los 54 años le apareció una distonía, su brazo tendía a colocarse extendido detrás del tronco. Una tomografía computarizada cerebral (TAC) fue normal y un electroencefalograma (EEG) mostró moderada proporción de ritmos theta difusos. El tratamiento con trihexifenidilo fue ineficaz,  a los 61 años fue sometida a una intervención estereotáxica, sin efectos evidentes. Diez días después apareció una hemiparesia izquierda y una TAC de control mostró una imagen de infarto lacunar en el tálamo izquierdo. Además se había hecho evidente una dilatación del valle silviano izquierdo. La aparición de la hemiparesia coincidió con disminución de la distonía del brazo derecho, pero en las semanas siguientes reapareció la postura anormal.

A los 63 ingresó a nuestro servicio. Presentaba hipomimia, marcha a pequeños pasos, mantenía el brazo derecho extendido detrás de la espalda, con tendencia a la pronación, flexión de muñeca y articulación metacarpo-falángica pero con los dedos extendidos. Existía rigidez en las 4 extremidades, mayor en el brazo derecho. A su distonía se sobreponían mioclonías ocasionales, más evidentes en el segmento distal, confirmadas por electromiografía. La motilidad era lenta y torpe, y en pruebas de movimientos alternantes aparecían posturas distónicas de la mano izquierda. Los reflejos tendinosos estaban presentes y los plantares eran flexores. La sensibilidad dolorosa estaba conservada; existía apalestesia en los pies. La motilidad ocular estaba conservada, pero el nistagmo optokinético horizontal y vertical era escaso y poco amplio. Existía reflejo palmomentoniano bilateral.

La evaluación neuropsicológica mostró una paciente lúcida, orientada, sin afasia, con frases breves, disartria hipokinética y pérdida de prosodia; con frecuencia eran incompletas. Comprendía órdenes de 2 o 3 elementos, pero fallaba si eran más complejas. Existía deterioro psicorgánico con pensamiento concreto, afectividad pobre, dificultad aperceptiva y marcada lentificación. La memoria era deficiente; en una tarea de Aprendizaje Verbal llegó a sólo 4/10 palabras (28/100), evocó sólo los 2 últimos Presidentes de Chile, fue incapaz de retener el nombre del examinador, y repetía sólo 2 cifras en forma directa. Al evocar nombres de animales nombró sólo 9 en 60 segundos. Al estudiar la praxia ideomotora con la mano izquierda los movimientos eran torpes, pero no apráxicos; la distonía impidió evaluarlos a derecha. La torpeza motora y la distonía interferían con el dibujo y era incapaz de vestirse sin ayuda; no existía apraxia oral. Reconocía bien colores, dibujos y fue capaz de señalar los elementos más importantes de una escena compleja.

Los estudios humorales habituales (incluyendo función hepática) fueron normales. A su alta se indicó L-dopa pero por razones circunstanciales recibió sólo 250 mg/día, sin efecto; y clonazepam que no modificó sus mioclonías.

A los 64 su invalidez era más severa; era incapaz de caminar, presentaba flexión de la pierna derecha. Era dependiente para asearse, vestirse y parcialmente para alimentarse. Según sus familiares, mostraba irritabilidad, pues cuando no puede contestar algo se altera y grita. Estaba desorientada, la disartria, las latencias para responder y el laconismo eran muy severos. Existía ausencia de nistagmo optokinético. Presentaba gran contractura del brazo derecho y mantenía la mano empuñada; se sobreponían sacudidas de tipo mioclónico de toda la extremidad. Los reflejos tendinosos eran vivos y los plantares seguían siendo flexores.

Falleció a los 70 años, después de varios años de postración en cama, anartria y dependencia total. No se hizo autopsia. Se comprobó una apraxia ideatoria parcial

 CONCLUSIONES

A.  La apraxia es una enfermedad neuropsicológica caracterizada por la pérdida de la capacidad de llevar a cabo movimientos de propósito, aprendidos y familiares, pesar de tener la capacidad física y el deseo de realizarlos.

B.  Todos los movimientos, desde los más sencillos hasta los más complejos, responden a una coordinación muscular dirigida por la corteza cerebral, por lo tanto, es importante considerar que el aspecto motor comprende todas las formas de respuesta activa que emite el organismo, cuya actividad motora somática comprende tanto el movimiento voluntario en sí mismo, como los sistemas cerebrales que organizan su adecuada coordinación.

C.  La organización de los sistemas motores, implica un complejo procesamiento de manera que nos permite hacer cambios necesarios en el entorno. No obstante, en la conducta motora voluntaria tenemos que diferenciar dos aspectos: un componente psicológico y el aprendizaje del componente motor.

D.  La apraxia del habla es un trastorno de comunicación neurogénica  que afecta al sistema de programación del control motor para la producción del habla.

E.  La Neuropsicología como ciencia, desde el punto teórico-práctico y científico, tiene avances significativos en el campo de la Apraxia, se pueden precisar definiciones y conceptos, así como también las características y su clasificación; esto hace posible a los psicólogos emitir diagnósticos correctos a sus pacientes.

 Referencias bibliográficas y virtuales

-        REDOLAR RIPOLL, Diego; BLÁZQUEZ ALISENTE, Juan Luis y GONZÁLEZ RODRIGUEZ, Begoña. Neuropsicología, Editorial UOC, España: 2013.
-        ARDILA, Alfredo y ROSSELLI, Mónica. Neuropsicología clínica, Editorial El Manual Moderno, México: 2007.
-        PORTELLANO, José Antonio. Introducción a la Neuropsicología, Editorial McGraw-Hill, España: 2005.
-        LÓPEZ DE IBÁÑEZ, Magdalena. Evaluación Neuropsicológica: principios y métodos, Editorial Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, Caracas: 1998.
http://www.telmeds.org/wp-content/uploads/2012/10/%C3%81reas-de-Brodmann.pdf

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