Introducción
El sueño es un estado fisiológico
que posee una regulación neurológica. Es periódico y espontaneo. Sin embargo,
hay que considerar que, a pesar de que es una necesidad neurofisiológica, en el
hombre en ocasiones puede decidir no satisfacer esta necesidad, inclusive
tomando algún excitante neuronal puede controlarlo y mantenerse en estado de
vigilia. Así, por ejemplo, cuando una persona tiene una presión laboral o
académica, procura trasnocharse tomando café cargado. De este modo estaría
cumpliendo con sus responsabilidades. Ahora bien, se sabe que los cambios
funcionales que se dan durante los estados del ciclo vigilia-sueño, se
evidencian gracias a variables o indicadores del sueño, los cuales son los
siguientes: a) El electroencefalograma o
EEG, b) El electro-oculograma o EOG y c) El electromiograma o EMG.
De todas maneras, el sueño está
producido por un proceso inhibidor activo, donde las áreas excitadoras que dan
origen a los estados del ciclo vigilia-sueño, se encuentran en el tronco
encefálico y el sistema reticular. Estas áreas se fatigan durante el día e
inactivan los neurotransmisores responsables del estado de vigilia. Así, la red
neuronal que regula el proceso del ciclo vigilia-sueño, afecta al Sistema
Nervioso Central, el cual, a través del sistema reticular activador, con las
neuronas colinérgicas y monoaminérgicas del SARA, ejercen
cambios en las neuronas talámicas y
corticales, produciendo de ese modo, los estados del ciclo vigilia-sueño.
Estos efectos se deben a diferentes estructuras cerebrales que son las
responsables de esta actividad en el ser humano como también en animales. Estás
estructuras cerebrales nerviosas que se relacionan con los estados del ciclo
vigilia-sueño tienen que ver con la corteza cerebral, el tálamo, el hipotálamo
y el tronco cerebral, donde la formación
reticular tiene una particular
importancia.
Seguidamente, hablaremos de las
etapas o estadios que transcurre la vigilia y el sueño. Aquí veremos que,
gracias al análisis electrofisiológico, se ha podido caracterizar las diversas
etapas que atraviesa este proceso durante el ciclo vigilia-sueño. Así, a través
de electrodos (para el encéfalo, el electroencefalograma o EEG; para los músculos oculares, el electro-oculograma
o EOG y para los músculos esqueléticos
del cuerpo, el electromiograma o EMG)
se evidenciará el dinamismo y la dialéctica de este ciclo en cuatro etapas: a)
Etapa de adormecimiento, b) Etapa de sueño ligero, c) Etapa de sueño profundo
(disminución mayor del ritmo
electroencefalográfico, d) Etapa de sueño profundo (ritmo electroencefalográfico menor).
Y, finalmente, hablaremos de la
importancia de la vigilia y el sueño en nuestra vida. Veremos aquí que, en la
etapa de vigilia o durante el día, las personas gastan energías, las mismas que
se recuperan mediante el acto de dormir. Asimismo, veremos que el sueño es
importante, ya que gracias a este tiempo en la persona se activa la hormona somatotrópina u hormona de
crecimiento. Esto significa que (sobre todo durante la etapa de crecimiento
físico de la persona), durante el sueño, el crecimiento se acelera. Luego,
aparte de esto, veremos también que, el dormir beneficia tanto al cuerpo como a
la mente. Y justamente, por ser una necesidad neurofisiológica para vivir, el
sueño suficiente garantiza también una buena salud, tanto en el aspecto físico,
como emocional; a nivel individual y en la relación con los demás. Por
consiguiente, esperamos que el presente trabajo de investigación, ayude a
generar conocimiento, entendimiento y comprensión sobre lo que en realidad
significa el sueño y vigilia para tener una buena calidad de vida.
I.- Las estructuras relacionadas
con la vigilia y el sueño
Sin duda alguna el ciclo
vigilia-sueño, es uno de los aspectos primordiales para la vida del ser humano.
Es una necesidad fisiológica sine qua non
para vivir. Esto significa que, si no se duerme no se vive. Luego, dormir es
necesario para vivir. De ahí que está relacionado el estado de vigilia con el
estado de sueño. La vida también depende del dormir, pero debe haber un
equilibrio entre ambos estados. Además es importante para entender el
desarrollo sobre el concepto humano de mente y conciencia. Así, se debe
entender que el proceso en la actividad cerebral es mínimo durante el sueño, lo
cual no significa que desaparezca sino que da paso a la actividad de la
vigilia. Asimismo, para comprobar esto, puede decirse que durante el sueño MOR
el consumo de O2 cerebral supera a la actividad diurna normal. Pero todo esto depende de áreas cerebrales que codifican el
programa de esta función cerebral. En efecto, Cardinali Daniel P. (1991)
asegura que los trabajos de Magoun y Moruzzi condujeron a la identificación
de núcleos de la sustancia reticular
mesencefálica participantes en la inducción del sueño y del despertar.
Esto significa que hay
estructuras involucradas directamente en la vigilia y el sueño. Estas estructuras
según García-Alix (2011, p.948) tienen que ver con la “formación reticular del
tronco del encéfalo, el tálamo, el prosencéfalo basal y la corteza cerebral”.
No obstante, se debe tener en cuenta que, el control de los estados de vigilia
y de sueño, está modulado por cambios específicos en la actividad neural en el
tronco del encéfalo y el prosencéfalo basal que se traducen en cambios
funcionales en los circuitos talámicos y corticales. Ahora bien, ¿qué es esta
formación cortical? Es una estructura que juega un papel central en el sistema
de la conciencia, la misma que se extiende desde la decusación[1]
de las pirámides en el bulbo raquídeo, el tálamo y prosencéfalo basal.
Asimismo, se sabe que esta estructura está compuesta por múltiples agregados de
neuronas con nuerotransmisores y conexiones específicas que reciben e integran
información o estímulos procedentes de sistemas sensoriales, núcleos de los
nervios craneales, cerebelo, hipotálamo y prosencéfalo.
Del mismo modo, hay que tener en
cuenta que algunos núcleos de neuronas de la formación reticular que están definidos
neuroquímicamente por sus neurotransmisores, participan en el control de los
diferentes estados de conducta, el despertar, la vigilia y el sueño. Estos
grupos, de acuerdo a su neurotransmisor, se clasifican como colinérgicos o monoaminérgicos.
De éstos, el grupo neuronal colinérgico se asienta en el tegmento mesopontino y
en el prosencéfalo basal y es activo tanto en la vigilia como en el sueño de
movimientos aculares rápidos (MOR). Asimismo, el sistema aminérgico está compuesto por diversos núcleos: nucleus ceruleus (noradrenalina), núcleos del rafe (serotonina) y en el núcleo tuberomanilar (histamina). Este
sistema es activo durante la vigilia, pero no en el sueño (MOR). Estos grupos
neuronales de la formación reticular, constituyen el denominado sistema activador reticular ascendente
(SARA) o sistema de despertar ascendente y transmiten impulsos a la corteza
cerebral a través de dos vías principales; una indirecta, a través de los núcleos talámicos y las vías
talamocorticales y otra directa (extratalámica)
que incluye el prosencéfalo basal y el haz telencefálico (prosencefálico)
medial.
Asimismo hay que tener en cuenta
que las neuronas colinérgicas y monoaminérgicas del SARA ejercen una continua
influencia moduladora tónica sobre las neuronas talámicas y corticales,
causando cambios globales en la actividad cortical que se expresan por cambios
en el estado de conducta (sueño o vigilia). En la vigilia, tanto los grupos
colinérgicos como los monoaminérgicos son activos, lo que facilita la
transferencia de información sensorial a través del prosencéfalo basal y el
tálamo a la corteza cerebral. De este mismo modo, hay que tener en cuenta que,
las neuronas de los núcleos colinérgicos y monoaminérgicos son estimulados por
los neuropéptidos denominados orexina
o hipocretina.
Estos neuropéptidos se localizan en el hipotálamo lateral posterior y juegan un
papel crítico en la regulación de los ciclos vigilia-sueño. Así, la actividad
de estas neuronas está bajo control circadiano. No obstante, las neuronas con
estos neuropéptidos proyectan también al área preóptica ventrolateral del
hipotálamo, donde inhiben las neuronas que promueven el sueño en esta región,
mientras por su parte, las neuronas orexina o hipocretina están activas durante
la vigilia y estabilizan este estado, previniendo transacciones bruscas entre ésta y el sueño.
De la misma forma, se sabe que hay
áreas hipnogénicas del cerebro y substancias neuroquímicas que promueven
activamente el sueño e inhiben el sistema de despertar. Así, según García-Alix
(2011, p.951) las estructuras puramente relacionadas con el sueño tienen que
ver con “los núcleos del rafe en la porción alta del bulbo raquídeo y baja del
puente, el núcleo del tracto solitario en el bulbo, el locus ceruleus en la
porción lateral del puente, la formación reticular del puente ventral al locus
ceruleus, el núcleo reticular del tálamo, el núcleo preóptico ventrolateral del
hipotálamo y el prosencéfalo basal”. Estas estructuras modulan el sueño
mediante la activación de algunas áreas del cerebro y la inhibición de otras
áreas del sistema reticular, críticas para la vigilia. Luego, mientras el sueño
no-MOR está mediado por múltiples grupos de neuronas localizadas en el
hipotálamo anterior, el prosencéfalo basal y el tronco encefálico, en el sueño
MOR está mediado por un sistema más individualizado ubicado en el puente y que
incluye la formación reticular pontina.
Igualmente, los grupos
colinérgicos y monoaminérgicos tienen un papel crítico en la regulación de los
ciclos de sueño-vigilia a través de su efecto en el tálamo y la corteza.
Mientras que durante en el sueño MOR, las neuronas colinérgicas están activas y
las monoaminérgicas silentes, en el sueño no-MOR ambos grupos de neuronas están
quiescentes. El núcleo preóptico ventrolateral del hipotálamo es la principal
área promotora del sueño y recibe información desde el núcleo supraquiasmático
y desde el prosencéfalo basal y envía proyecciones inhibidoras (GABA-érgicas) a
los sistemas colinérgicos y monoaminérgicos. Luego, la activación de las
neuronas de este núcleo hipotalámico inhibe periódicamente los circuitos
responsables de la vigilia y construye el inicio del sueño. Consecuentemente,
los sueños MOR y no-MOR (en adultos) están regulados por dos diferentes
poblaciones de neuronas en el núcleo preóptico ventrolateral del hipotálamo.
Así, mientras que las neuronas centrales dentro del núcleo parecen regular el
sueño no-MOR por inhibición del núcleo tuberomanilar (histaminérgico), las
neuronas localizadas en una subregión difusa del núcleo se piensa que promueven
el sueño MOR por inhibición de los núcleos locus
ceruleus y del rafe dorsal.
Por consiguiente, de las
estructuras relacionadas con el ciclo sueño-vigilia, la formación reticular
tiene una particular importancia, ya que contiene grupos específicos de
neuronas que, por una parte, reciben información sensorial y, por otra activan
a la corteza cerebral, estructuras involucradas en diferentes formas de
conducta respecto a la vigilia y el sueño. Se ha demostrado también, que la
formación reticular es necesaria para mantener el estado de vigilia (alerta).
De ahí que, la destrucción de las neuronas reticulares del cerebro produce un
estado similar al del sueño no-MOR. Sin embargo, esta no es la única estructura
relacionada con los estados del ciclo dormir-vigilia. También el área preóptica
centrolateral del hipotálamo tiene neuronas, aparentemente gabaérgicas que
estarían relacionadas con la aparición del sueño no-MOR. Del mismo modo, el
tálamo, la corteza cerebral y sus respectivas interacciones, están relacionadas
con el sueño no-MOR. De igual importancia se puede decir que, neuronas del
tálamo muestran actividad oscilatoria que tienden a ser inhibidas desde el
hipotálamo o desde la formación reticular. Luego, cuando ello ocurre, las
células corticales quedan liberadas a su propio ritmo, induciéndose la etapa de
sueño MOR.
II.- Estadios o etapas que transcurre la vigilia y el
sueño
Hemos visto que durante los estados del ciclo
vigilia-sueño, hay estructuras neuronales responsables en el cerebro que dinamizan
la dialéctica de este ciclo en nuestra vida. Sin embargo, aparte de estas
estructuras, en este proceso cíclico, para un conocimiento científico de este
proceso, el análisis electrofisiológico ha sido elemental para definir y
caracterizar diversas etapas durante el dormir y la vigilia. De este modo, ubicando
electrodos en la superficie del cuerpo y en posiciones bien definidas se puede
conocer la actividad eléctrica del cerebro. Luego, para el encéfalo se utiliza en electroencefalograma o EEG; para los músculos oculares se utiliza el electro-oculograma
o EOG y para los músculos esqueléticos
del cuerpo se utiliza el electromiograma o EMG. Gracias a esto se distinguen
dos etapas en el período de sueño: a) La etapa de sueño lento o no-MOR
que se divide en cuatro fases y b) La etapa de sueño rápido o MOR.
A) Etapa de sueño lento. Es la
etapa conocida como sueño MOL, es decir, sueño de movimientos oculares lentos o
no-MOR (sueño de movimientos oculares no rápidos). Este sueño está categorizado
como normal y se divide en cuatro fases imprescindibles:
-
Primera
fase.- Es la fase o puerta de entrada al estado de sueño o de dormir. Es
también caracterizada como la fase del adormecimiento y el límite entre el
estado de vigilia y el de dormir. Según Cambier (2000, p.127), el tono muscular
desciende y no hay movimientos oculares o, en caso que los hubiera, son muy
lentos. Además, es la fase del sueño de duración corta y ocupa alrededor de
3-5% del dormir. Aquí todavía las personas son capaces de percibir la mayoría
de los estímulos auditivos y táctiles. Asimismo, en el EEG se presenta
frecuencias mixtas de un voltaje relativamente bajo, con una actividad Theta y
alfa menor del 50%.
-
Segunda
fase.- Esta segunda fase del sueño lento o no-MOR, es conocida como dormir
ligero, pero de ondas lentas y donde el EEG es irregular. Aquí el tono muscular
es bajo y las funciones vegetativas son bajas pero regulares. Se precisan
además dos características: “por un lado
los husos de sueño, emisión de ondas rápidas de 12 - 14 ciclos por segundo y por otro lado, los complejos K, que son ondas delta de
perfil rígido aisladas sobre un fondo de actividad theta”[2].
Entre tanto, hay que considerar aquí, que esta fase, así como la primera, se
les denominan sueño lento superficial, puesto que con cualquier estímulo sonoro
o luminoso, la persona puede fácilmente despertarse.
-
Tercera
fase.- A esta fase, como la cuarta, se le considera como una parte muy
importante del proceso del dormir y se le categoriza como sueño profundo, pero
se diferencia en cuanto que la disminución del ritmo electroencefalográfico es mayor. Según Vallejo (2006, p.230),
esta etapa ocupa alrededor del 50% del sueño de un adulto. Aquí el sueño es más
profundo y desaparecen los movimientos oculares, pero es posible despertar sin
gran dificultad.
-
Cuarta
fase.- Es la fase propiamente caracterizada como sueño lento y profundo. Aquí
el ritmo electroencefalográfico es
menor. Como la tercera fase, ésta es muy importante desde el punto de vista
funcional. Se sabe además, que las ondas del EEG son muy lentas, lo que le hace
decir a Vallejo (2006, p.232) que no hay movimientos oculares y donde el tono
se mantiene o puede estar muy disminuido. A diferencia de la fase tercera
(donde las ondas delta aumentan entre el 20 y 50%), se registra en esta fase un
porcentaje ascendente desde el 50% de ondas delta. Luego, si en la fase tres es
posible despertar sin gran dificultad, en esta etapa es difícil hacerlo.
B) Etapa de sueño rápido. Dentro del sueño, esta etapa es considerada como una
quinta fase y categorizada como sueño paradójico o sueño MOR (sueño de
movimientos oculares rápidos). Aquí el “EEG se desincroniza y se asemeja al
observado durante la vigilia. El tono muscular esquelético desaparece, los
reflejos se inhiben pero hay movimientos oculares muy rápidos y algunas breves
sacudidas musculares”[3].
Asimismo, se sabe que esta fase coincide con el soñar, donde se registra gran
actividad eléctrica de las neuronas del tálamo, de la corteza cerebral y de la
formación reticular. Finalmente, se sabe que el fenómeno de este sueño “depende
de la actividad de una red neuronal compleja, cuyas células están distribuidas
en diferentes regiones del sistema nervioso: corteza cerebral, tálamo, cerebro
medio, puente, bulbo raquídeo y médula espinal”[4].
En consecuencia, respecto a las dos etapas del sueño, conocidas
como los estados del sueño MOR y no-MOR, se puede decir que estos sueños se
alternan, pero que esta alternancia varía según la edad del ser humano. Igualmente,
se sabe que las alteraciones de estas etapas se relacionan con algunos
trastornos, tales como los insomnios y la narcolepsia. Si bien es cierto, los
mecanismos relacionados con estos tipos de sueños no están aclarados, sin
embargo, hay evidencias de que en ellos pueden participar neurotransmisores
como la noradrenalina, la acetilcolina o la serotonina. Luego, después de esto,
se puede concluir que el sueño es una necesidad primaria y, por tanto, de
fundamental importancia para la vida de la persona, ya que, la supresión de
este acto en las personas, puede llevar a graves complicaciones, físicas y
psíquicas.
III.- Importancia de la vigilia y el sueño en nuestra
vida
Después de conocer las estructuras cerebrales relacionadas con la
vigilia y el sueño y las etapas por las que atraviesa el proceso del sueño, no
podemos sino reafirmar en este capítulo, que el acto de dormir en el ser humano
es de suma importancia para vivir y no para vivir de cualquier forma, sino para
tener una vida sana, llena de ganas y energías para poder sobrellevar con
esperanza y entusiasmo el estado de vigilia; es decir, el tiempo cuando la
persona está despierta y tiene que enfrentar con coraje y resistir, a veces con
temor y temblor, las paradojas de la vida que a cada persona le toca vivir.
De todas maneras, el sueño es el tiempo de reposo y de recuperación de
energías, después del saturado estado de actividades que el ser humano debe
atravesar durante el tiempo de vigilia. Sobre esto se sabe que durante este
estado se gastan determinadas hormonas y al dormir, el sistema endocrino las
repone. Asimismo, se ha evidenciado que durante este estado de la persona,
durante su etapa de crecimiento físico, aflora la actividad de la hormona somatotrópina, conocida como
hormona de crecimiento. Con esto se deduce que, durante el sueño, se acelera el
crecimiento de algunos tipos de células, además que el cuerpo se limpia de los
desechos químicos acumulados durante las horas en que la persona está despierta
y completamente en actividad física y mental.
Lo cierto es que, la medicina se ha dedicado tradicionalmente a
estudiar el estado de vigilia, mientras que para el estado del sueño ha habido
poca dedicación científica. A pesar de eso, gracias a los estudios de Nataniel
Kleitman en la Universidad de Chicago, en la década de los cincuenta del siglo
pasado, cuando se define el sueño en dos
estados, uno sincronizado (Sueño No-MOR)
y otro desincronizado (Sueño MOR), se
formula la hipótesis de que la función del sueño es reparadora, homeostática y
de consolidación de algunas funciones cognoscitivas, según se trate de una u
otra de las dos grandes etapas del dormir: Sueño MOR o Sueño No-MOR.
Como es sabido, el sueño es una necesidad primaria como el alimento. En
efecto, si no se duerme no se vive, como si uno no se alimenta, tampoco. En
este sentido, J. Horne, ha establecido un modelo del sueño análogo al del
comportamiento alimenticio. Dice que el hambre que experimenta un individuo es
la mayoría de las veces subjetiva y no responde en nada a elementos biológicos.
Así, cuando la carencia de alimentación llega a ser una amenaza real para el
organismo, se entra en el campo de la alimentación esencial. Al parecer, sucede
igual con el sueño, ya que la privación de sueño tiene como primera
consecuencia un estado subjetivo de somnolencia o incluso una conducta que
desmotiva al individuo respecto a otros comportamientos, que no sean la
búsqueda de un lugar para dormir.
De este modo, el dormir es importante para la vida de la persona, pues
con este acto se reconforta las energías del cuerpo y la mente. Así, si una
persona no duerme, tendrá que pagar las irremediables consecuencias como
perjudicar su salud, su vida familiar, su estado emocional y grado de
competitividad en el campo laboral o productivo. Igualmente, al no dormir la
persona estaría debilitando su sistema inmune y procurándose el riesgo
inminente a enfermedades físicas y mentales. Al dormir, por ejemplo, se estaría
librando de fatigas innecesarias, de dolores de cabeza, de depresiones, etc.
Por consiguiente, es importante que el organismo entre en estado de reposo,
procurándose el tiempo de descanso suficiente. De este modo, se garantizará una
buena salud del cuerpo y la mente y se evitaría trastornos físicos y psíquicos
que afectan la salud del individuo. En realidad, muchos de los pacientes con
trastornos psicológicos que atienden los psicólogos, tienen su origen en la
falta de sueño, lo que significa que antes que cualquier tratamiento
terapéutico, la única y mejor terapia es dormir.
Conclusión
El proceso de los estados del ciclo
vigilia-sueño desempeña una parte fundamental del ser humano, ya que como
necesidad fisiológica primaria, la persona necesita dormir para vivir. De este
modo, dormir lo suficiente es una condicionante para que la persona tenga una
vida saludable, a nivel corporal como mental. Y, aunque esta dialéctica humana
sea difícil de comprender a nivel cerebral y neuronal, hemos llegado a la
conclusión que este proceso cíclico es el resultado del dinamismo de nuestro
sistema neuronal, donde las principales estructuras nerviosas relacionadas con
estos estados de vigilia y sueño, son la corteza cerebral, el tálamo, el
hipotálamo y el tronco cerebral, a nivel del puente. No obstante, de todas
estas estructuras cerebrales, se ha concluido que la formación reticular tiene
una especial importancia, ya que contiene grupos específicos de neuronas que
reciben información sensorial y activan la corteza cerebral. Asimismo, se sabe
que ciertos grupos de neuronas de esta formación, armonizan a sistemas
modulares como el locus ceruleus o el
complejo rafé, que regulan la actividad
de neuronas de la corteza cerebral. Luego, la formación reticular es necesaria en
este proceso cíclico de la vida del hombre.
Asimismo, al haber estudiado ya las
estructuras cerebrales relacionadas con el ciclo vigilia-sueño, hemos visto que
el sueño tiene dos etapas principales: Etapa de sueño lento o no-MOR y etapa de
sueño rápido o MOR. En la primera etapa hemos visto que el sueño está dividido
en cuatro etapas, donde las dos primeras fases tienen que ver con el sueño
lento superficial, ya que es fácil despertarse ante cualquier estímulo luminoso
o sonoro y, en las dos segundas fases se habla de un sueño profundo y con mucha
dificultad de despertarse, donde el tono muscular es débil y la frecuencia
cardiaca y respiratoria disminuyen. Asimismo,
en la segunda etapa del sueño, conocido como sueño MOR, hemos visto que como
quinta fase, se caracteriza por el movimiento rápido de los ojos, una abolición
completa del tono muscular y una aceleración irregular de la frecuencia
respiratoria y del pulso.
Saber de todo esto sobre las
estructuras cerebrales relacionadas con el sueño y la vigilia, y los estados de
esta dialéctica humana, como grupo nos ha hecho concluir que ambos estados
están relacionados entre sí y que, es el sueño el que alimenta al estado de
vigilia y le garantiza a la persona una actividad sana y productiva mientras
está despierta. Así, hemos concluido que gracias al tiempo suficiente que le
demos de sueño a nuestra vida, cada día recuperaremos energías para poder
sobrellevar la agitada actividad física y mental que con coraje y valentía desarrollamos
mientras estamos despiertos. De igual forma, concluimos que si dormimos lo suficiente,
estaríamos garantizándonos nuestra salud física, una buena calidad de vida en
nuestras relaciones familiares, un sano estado emocional y el entusiasmo y buen
rendimiento productivo en el campo laboral; asimismo, estarías librándonos de
inminentes riesgos de enfermedades al cuerpo como a la mente. Así, afirmamos,
aseguramos y concluimos, que el dormir es necesario para vivir.
Referencias bibliográficas y
virtuales:
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- FRANCO PEREZ, Javier. Principales neurotransmisores involucrados
en la regulación del ciclo sueño-vigilia. Recuperado en www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php
- REYNOSO SUÁREZ, F. Neurobiología del sueño. REV MED UNIV
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AGUIRRE NAVARRETE, Rafael I. Bases
anatómicas y fisiológicas del sueño. Rev. Ecuat. Neurol. Vol. 15, No 2-3,
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Colombia: Vicerrectoría Académica
Dirección Nacional de innovación Académica. Recuperado en http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/medicina/2007860/lecciones/cap1/01_01.htm
[1] Según http://es.wikipedia.org., la Decusación
es un término utilizado en contextos biológicos para describir un cruce.
Así, en el cerebro, las fibras nerviosas cruzan oblicuamente de una parte
lateral a la otra, es decir que cruzan a un nivel distinto de su origen. Por
ejemplo: la decusación de las pirámides.
[4] Ibíd.
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