lunes, 29 de junio de 2015

LA NEUROANATOMÍA Y NEUROFISIOLOGÍA DEL SUEÑO Y LA VIGILIA

Introducción

El sueño es un estado fisiológico que posee una regulación neurológica. Es periódico y espontaneo. Sin embargo, hay que considerar que, a pesar de que es una necesidad neurofisiológica, en el hombre en ocasiones puede decidir no satisfacer esta necesidad, inclusive tomando algún excitante neuronal puede controlarlo y mantenerse en estado de vigilia. Así, por ejemplo, cuando una persona tiene una presión laboral o académica, procura trasnocharse tomando café cargado. De este modo estaría cumpliendo con sus responsabilidades. Ahora bien, se sabe que los cambios funcionales que se dan durante los estados del ciclo vigilia-sueño, se evidencian gracias a variables o indicadores del sueño, los cuales son los siguientes: a) El electroencefalograma o EEG, b) El electro-oculograma o EOG y c) El electromiograma o EMG.

De todas maneras, el sueño está producido por un proceso inhibidor activo, donde las áreas excitadoras que dan origen a los estados del ciclo vigilia-sueño, se encuentran en el tronco encefálico y el sistema reticular. Estas áreas se fatigan durante el día e inactivan los neurotransmisores responsables del estado de vigilia. Así, la red neuronal que regula el proceso del ciclo vigilia-sueño, afecta al Sistema Nervioso Central, el cual, a través del sistema reticular activador, con las neuronas colinérgicas y monoaminérgicas del SARA, ejercen cambios en las neuronas talámicas y corticales, produciendo de ese modo, los estados del ciclo vigilia-sueño. Estos efectos se deben a diferentes estructuras cerebrales que son las responsables de esta actividad en el ser humano como también en animales. Estás estructuras cerebrales nerviosas que se relacionan con los estados del ciclo vigilia-sueño tienen que ver con la corteza cerebral, el tálamo, el hipotálamo y el tronco cerebral, donde la formación reticular tiene una particular importancia.

Seguidamente, hablaremos de las etapas o estadios que transcurre la vigilia y el sueño. Aquí veremos que, gracias al análisis electrofisiológico, se ha podido caracterizar las diversas etapas que atraviesa este proceso durante el ciclo vigilia-sueño. Así, a través de electrodos (para el encéfalo, el electroencefalograma o EEG; para los músculos oculares, el electro-oculograma o EOG y para los músculos esqueléticos del cuerpo, el electromiograma o EMG) se evidenciará el dinamismo y la dialéctica de este ciclo en cuatro etapas: a) Etapa de adormecimiento, b) Etapa de sueño ligero, c) Etapa de sueño profundo (disminución mayor del ritmo electroencefalográfico, d) Etapa de sueño profundo (ritmo electroencefalográfico menor).

Y, finalmente, hablaremos de la importancia de la vigilia y el sueño en nuestra vida. Veremos aquí que, en la etapa de vigilia o durante el día, las personas gastan energías, las mismas que se recuperan mediante el acto de dormir. Asimismo, veremos que el sueño es importante, ya que gracias a este tiempo en la persona se activa la hormona somatotrópina u hormona de crecimiento. Esto significa que (sobre todo durante la etapa de crecimiento físico de la persona), durante el sueño, el crecimiento se acelera. Luego, aparte de esto, veremos también que, el dormir beneficia tanto al cuerpo como a la mente. Y justamente, por ser una necesidad neurofisiológica para vivir, el sueño suficiente garantiza también una buena salud, tanto en el aspecto físico, como emocional; a nivel individual y en la relación con los demás. Por consiguiente, esperamos que el presente trabajo de investigación, ayude a generar conocimiento, entendimiento y comprensión sobre lo que en realidad significa el sueño y vigilia para tener una buena calidad de vida.

I.- Las estructuras relacionadas con la vigilia y el sueño

Sin duda alguna el ciclo vigilia-sueño, es uno de los aspectos primordiales para la vida del ser humano. Es una necesidad fisiológica sine qua non para vivir. Esto significa que, si no se duerme no se vive. Luego, dormir es necesario para vivir. De ahí que está relacionado el estado de vigilia con el estado de sueño. La vida también depende del dormir, pero debe haber un equilibrio entre ambos estados. Además es importante para entender el desarrollo sobre el concepto humano de mente y conciencia. Así, se debe entender que el proceso en la actividad cerebral es mínimo durante el sueño, lo cual no significa que desaparezca sino que da paso a la actividad de la vigilia. Asimismo, para comprobar esto, puede decirse que durante el sueño MOR el consumo de O2 cerebral supera a la actividad diurna normal. Pero todo esto depende de áreas cerebrales que codifican el programa de esta función cerebral. En efecto, Cardinali Daniel P. (1991) asegura que los trabajos de Magoun y Moruzzi condujeron a la identificación de núcleos de la sustancia reticular mesencefálica participantes en la inducción del sueño y del despertar.  
 
Esto significa que hay estructuras involucradas directamente en la vigilia y el sueño. Estas estructuras según García-Alix (2011, p.948) tienen que ver con la “formación reticular del tronco del encéfalo, el tálamo, el prosencéfalo basal y la corteza cerebral”. No obstante, se debe tener en cuenta que, el control de los estados de vigilia y de sueño, está modulado por cambios específicos en la actividad neural en el tronco del encéfalo y el prosencéfalo basal que se traducen en cambios funcionales en los circuitos talámicos y corticales. Ahora bien, ¿qué es esta formación cortical? Es una estructura que juega un papel central en el sistema de la conciencia, la misma que se extiende desde la decusación[1] de las pirámides en el bulbo raquídeo, el tálamo y prosencéfalo basal. Asimismo, se sabe que esta estructura está compuesta por múltiples agregados de neuronas con nuerotransmisores y conexiones específicas que reciben e integran información o estímulos procedentes de sistemas sensoriales, núcleos de los nervios craneales, cerebelo, hipotálamo y prosencéfalo.

Del mismo modo, hay que tener en cuenta que algunos núcleos de neuronas de la formación reticular que están definidos neuroquímicamente por sus neurotransmisores, participan en el control de los diferentes estados de conducta, el despertar, la vigilia y el sueño. Estos grupos, de acuerdo a su neurotransmisor, se clasifican como colinérgicos  o monoaminérgicos. De éstos, el grupo neuronal colinérgico se asienta en el tegmento mesopontino y en el prosencéfalo basal y es activo tanto en la vigilia como en el sueño de movimientos aculares rápidos (MOR). Asimismo, el sistema aminérgico está compuesto por diversos núcleos: nucleus ceruleus (noradrenalina), núcleos del rafe (serotonina) y en el núcleo tuberomanilar (histamina). Este sistema es activo durante la vigilia, pero no en el sueño (MOR). Estos grupos neuronales de la formación reticular, constituyen el denominado sistema activador reticular ascendente (SARA) o sistema de despertar ascendente y transmiten impulsos a la corteza cerebral a través de dos vías principales; una indirecta, a través de los núcleos talámicos y las vías talamocorticales y otra directa (extratalámica) que incluye el prosencéfalo basal y el haz telencefálico (prosencefálico) medial.
Asimismo hay que tener en cuenta que las neuronas colinérgicas y monoaminérgicas del SARA ejercen una continua influencia moduladora tónica sobre las neuronas talámicas y corticales, causando cambios globales en la actividad cortical que se expresan por cambios en el estado de conducta (sueño o vigilia). En la vigilia, tanto los grupos colinérgicos como los monoaminérgicos son activos, lo que facilita la transferencia de información sensorial a través del prosencéfalo basal y el tálamo a la corteza cerebral. De este mismo modo, hay que tener en cuenta que, las neuronas de los núcleos colinérgicos y monoaminérgicos son estimulados por los neuropéptidos denominados orexinahipocretina. Estos neuropéptidos se localizan en el hipotálamo lateral posterior y juegan un papel crítico en la regulación de los ciclos vigilia-sueño. Así, la actividad de estas neuronas está bajo control circadiano. No obstante, las neuronas con estos neuropéptidos proyectan también al área preóptica ventrolateral del hipotálamo, donde inhiben las neuronas que promueven el sueño en esta región, mientras por su parte, las neuronas orexina o hipocretina están activas durante la vigilia y estabilizan este estado, previniendo transacciones bruscas  entre ésta y el sueño.

De la misma forma, se sabe que hay áreas hipnogénicas del cerebro y substancias neuroquímicas que promueven activamente el sueño e inhiben el sistema de despertar. Así, según García-Alix (2011, p.951) las estructuras puramente relacionadas con el sueño tienen que ver con “los núcleos del rafe en la porción alta del bulbo raquídeo y baja del puente, el núcleo del tracto solitario en el bulbo, el locus ceruleus en la porción lateral del puente, la formación reticular del puente ventral al locus ceruleus, el núcleo reticular del tálamo, el núcleo preóptico ventrolateral del hipotálamo y el prosencéfalo basal”. Estas estructuras modulan el sueño mediante la activación de algunas áreas del cerebro y la inhibición de otras áreas del sistema reticular, críticas para la vigilia. Luego, mientras el sueño no-MOR está mediado por múltiples grupos de neuronas localizadas en el hipotálamo anterior, el prosencéfalo basal y el tronco encefálico, en el sueño MOR está mediado por un sistema más individualizado ubicado en el puente y que incluye la formación reticular pontina.

Igualmente, los grupos colinérgicos y monoaminérgicos tienen un papel crítico en la regulación de los ciclos de sueño-vigilia a través de su efecto en el tálamo y la corteza. Mientras que durante en el sueño MOR, las neuronas colinérgicas están activas y las monoaminérgicas silentes, en el sueño no-MOR ambos grupos de neuronas están quiescentes. El núcleo preóptico ventrolateral del hipotálamo es la principal área promotora del sueño y recibe información desde el núcleo supraquiasmático y desde el prosencéfalo basal y envía proyecciones inhibidoras (GABA-érgicas) a los sistemas colinérgicos y monoaminérgicos. Luego, la activación de las neuronas de este núcleo hipotalámico inhibe periódicamente los circuitos responsables de la vigilia y construye el inicio del sueño. Consecuentemente, los sueños MOR y no-MOR (en adultos) están regulados por dos diferentes poblaciones de neuronas en el núcleo preóptico ventrolateral del hipotálamo. Así, mientras que las neuronas centrales dentro del núcleo parecen regular el sueño no-MOR por inhibición del núcleo tuberomanilar (histaminérgico), las neuronas localizadas en una subregión difusa del núcleo se piensa que promueven el sueño MOR por inhibición de los núcleos locus ceruleus y del rafe dorsal.

Por consiguiente, de las estructuras relacionadas con el ciclo sueño-vigilia, la formación reticular tiene una particular importancia, ya que contiene grupos específicos de neuronas que, por una parte, reciben información sensorial y, por otra activan a la corteza cerebral, estructuras involucradas en diferentes formas de conducta respecto a la vigilia y el sueño. Se ha demostrado también, que la formación reticular es necesaria para mantener el estado de vigilia (alerta). De ahí que, la destrucción de las neuronas reticulares del cerebro produce un estado similar al del sueño no-MOR. Sin embargo, esta no es la única estructura relacionada con los estados del ciclo dormir-vigilia. También el área preóptica centrolateral del hipotálamo tiene neuronas, aparentemente gabaérgicas que estarían relacionadas con la aparición del sueño no-MOR. Del mismo modo, el tálamo, la corteza cerebral y sus respectivas interacciones, están relacionadas con el sueño no-MOR. De igual importancia se puede decir que, neuronas del tálamo muestran actividad oscilatoria que tienden a ser inhibidas desde el hipotálamo o desde la formación reticular. Luego, cuando ello ocurre, las células corticales quedan liberadas a su propio ritmo, induciéndose la etapa de sueño MOR.

II.- Estadios o etapas que transcurre la vigilia y el sueño

            Hemos visto que durante los estados del ciclo vigilia-sueño, hay estructuras neuronales responsables en el cerebro que dinamizan la dialéctica de este ciclo en nuestra vida. Sin embargo, aparte de estas estructuras, en este proceso cíclico, para un conocimiento científico de este proceso, el análisis electrofisiológico ha sido elemental para definir y caracterizar diversas etapas durante el dormir y la vigilia. De este modo, ubicando electrodos en la superficie del cuerpo y en posiciones bien definidas se puede conocer la actividad eléctrica del cerebro. Luego, para el encéfalo se utiliza en electroencefalograma o EEG; para los músculos oculares se utiliza el electro-oculograma o EOG y para los músculos esqueléticos del cuerpo se utiliza el  electromiograma o EMG. Gracias a esto se distinguen dos etapas en el período de sueño: a) La etapa de sueño lento o no-MOR que se divide en cuatro fases y b) La etapa de sueño rápido o MOR.

A)   Etapa de sueño lento. Es la etapa conocida como sueño MOL, es decir, sueño de movimientos oculares lentos o no-MOR (sueño de movimientos oculares no rápidos). Este sueño está categorizado como normal y se divide en cuatro fases imprescindibles:

-       Primera fase.- Es la fase o puerta de entrada al estado de sueño o de dormir. Es también caracterizada como la fase del adormecimiento y el límite entre el estado de vigilia y el de dormir. Según Cambier (2000, p.127), el tono muscular desciende y no hay movimientos oculares o, en caso que los hubiera, son muy lentos. Además, es la fase del sueño de duración corta y ocupa alrededor de 3-5% del dormir. Aquí todavía las personas son capaces de percibir la mayoría de los estímulos auditivos y táctiles. Asimismo, en el EEG se presenta frecuencias mixtas de un voltaje relativamente bajo, con una actividad Theta y alfa menor del 50%.         

-       Segunda fase.- Esta segunda fase del sueño lento o no-MOR, es conocida como dormir ligero, pero de ondas lentas y donde el EEG es irregular. Aquí el tono muscular es bajo y las funciones vegetativas son bajas pero regulares. Se precisan además dos características: “por un lado los husos de sueño, emisión de ondas rápidas de 12 - 14 ciclos por segundo y por otro lado,  los complejos K, que son ondas delta de perfil rígido aisladas sobre un fondo de actividad theta”[2]. Entre tanto, hay que considerar aquí, que esta fase, así como la primera, se les denominan sueño lento superficial, puesto que con cualquier estímulo sonoro o luminoso, la persona puede fácilmente despertarse.
-       Tercera fase.- A esta fase, como la cuarta, se le considera como una parte muy importante del proceso del dormir y se le categoriza como sueño profundo, pero se diferencia en cuanto que la disminución del ritmo electroencefalográfico es mayor. Según Vallejo (2006, p.230), esta etapa ocupa alrededor del 50% del sueño de un adulto. Aquí el sueño es más profundo y desaparecen los movimientos oculares, pero es posible despertar sin gran dificultad.        

-       Cuarta fase.- Es la fase propiamente caracterizada como sueño lento y profundo. Aquí el ritmo electroencefalográfico es menor. Como la tercera fase, ésta es muy importante desde el punto de vista funcional. Se sabe además, que las ondas del EEG son muy lentas, lo que le hace decir a Vallejo (2006, p.232) que no hay movimientos oculares y donde el tono se mantiene o puede estar muy disminuido. A diferencia de la fase tercera (donde las ondas delta aumentan entre el 20 y 50%), se registra en esta fase un porcentaje ascendente desde el 50% de ondas delta. Luego, si en la fase tres es posible despertar sin gran dificultad, en esta etapa es difícil hacerlo.

B)   Etapa de sueño rápido. Dentro del sueño, esta etapa es considerada como una quinta fase y categorizada como sueño paradójico o sueño MOR (sueño de movimientos oculares rápidos). Aquí el “EEG se desincroniza y se asemeja al observado durante la vigilia. El tono muscular esquelético desaparece, los reflejos se inhiben pero hay movimientos oculares muy rápidos y algunas breves sacudidas musculares”[3]. Asimismo, se sabe que esta fase coincide con el soñar, donde se registra gran actividad eléctrica de las neuronas del tálamo, de la corteza cerebral y de la formación reticular. Finalmente, se sabe que el fenómeno de este sueño “depende de la actividad de una red neuronal compleja, cuyas células están distribuidas en diferentes regiones del sistema nervioso: corteza cerebral, tálamo, cerebro medio, puente, bulbo raquídeo y médula espinal”[4].

En consecuencia, respecto a las dos etapas del sueño, conocidas como los estados del sueño MOR y no-MOR, se puede decir que estos sueños se alternan, pero que esta alternancia varía según la edad del ser humano. Igualmente, se sabe que las alteraciones de estas etapas se relacionan con algunos trastornos, tales como los insomnios y la narcolepsia. Si bien es cierto, los mecanismos relacionados con estos tipos de sueños no están aclarados, sin embargo, hay evidencias de que en ellos pueden participar neurotransmisores como la noradrenalina, la acetilcolina o la serotonina. Luego, después de esto, se puede concluir que el sueño es una necesidad primaria y, por tanto, de fundamental importancia para la vida de la persona, ya que, la supresión de este acto en las personas, puede llevar a graves complicaciones, físicas y psíquicas.

III.- Importancia de la vigilia y el sueño en nuestra vida

Después de conocer las estructuras cerebrales relacionadas con la vigilia y el sueño y las etapas por las que atraviesa el proceso del sueño, no podemos sino reafirmar en este capítulo, que el acto de dormir en el ser humano es de suma importancia para vivir y no para vivir de cualquier forma, sino para tener una vida sana, llena de ganas y energías para poder sobrellevar con esperanza y entusiasmo el estado de vigilia; es decir, el tiempo cuando la persona está despierta y tiene que enfrentar con coraje y resistir, a veces con temor y temblor, las paradojas de la vida que a cada persona le toca vivir.

De todas maneras, el sueño es el tiempo de reposo y de recuperación de energías, después del saturado estado de actividades que el ser humano debe atravesar durante el tiempo de vigilia. Sobre esto se sabe que durante este estado se gastan determinadas hormonas y al dormir, el sistema endocrino las repone. Asimismo, se ha evidenciado que durante este estado de la persona, durante su etapa de crecimiento físico, aflora la actividad de la hormona somatotrópina, conocida como hormona de crecimiento. Con esto se deduce que, durante el sueño, se acelera el crecimiento de algunos tipos de células, además que el cuerpo se limpia de los desechos químicos acumulados durante las horas en que la persona está despierta y completamente en actividad física y mental.

Lo cierto es que, la medicina se ha dedicado tradicionalmente a estudiar el estado de vigilia, mientras que para el estado del sueño ha habido poca dedicación científica. A pesar de eso, gracias a los estudios de Nataniel Kleitman en la Universidad de Chicago, en la década de los cincuenta del siglo pasado,  cuando se define el sueño en dos estados, uno sincronizado (Sueño No-MOR) y otro desincronizado (Sueño MOR), se formula la hipótesis de que la función del sueño es reparadora, homeostática y de consolidación de algunas funciones cognoscitivas, según se trate de una u otra de las dos grandes etapas del dormir: Sueño MOR  o Sueño No-MOR.

Como es sabido, el sueño es una necesidad primaria como el alimento. En efecto, si no se duerme no se vive, como si uno no se alimenta, tampoco. En este sentido, J. Horne, ha establecido un modelo del sueño análogo al del comportamiento alimenticio. Dice que el hambre que experimenta un individuo es la mayoría de las veces subjetiva y no responde en nada a elementos biológicos. Así, cuando la carencia de alimentación llega a ser una amenaza real para el organismo, se entra en el campo de la alimentación esencial. Al parecer, sucede igual con el sueño, ya que la privación de sueño tiene como primera consecuencia un estado subjetivo de somnolencia o incluso una conducta que desmotiva al individuo respecto a otros comportamientos, que no sean la búsqueda de un lugar para dormir.
De este modo, el dormir es importante para la vida de la persona, pues con este acto se reconforta las energías del cuerpo y la mente. Así, si una persona no duerme, tendrá que pagar las irremediables consecuencias como perjudicar su salud, su vida familiar, su estado emocional y grado de competitividad en el campo laboral o productivo. Igualmente, al no dormir la persona estaría debilitando su sistema inmune y procurándose el riesgo inminente a enfermedades físicas y mentales. Al dormir, por ejemplo, se estaría librando de fatigas innecesarias, de dolores de cabeza, de depresiones, etc. Por consiguiente, es importante que el organismo entre en estado de reposo, procurándose el tiempo de descanso suficiente. De este modo, se garantizará una buena salud del cuerpo y la mente y se evitaría trastornos físicos y psíquicos que afectan la salud del individuo. En realidad, muchos de los pacientes con trastornos psicológicos que atienden los psicólogos, tienen su origen en la falta de sueño, lo que significa que antes que cualquier tratamiento terapéutico, la única y mejor terapia es dormir.
  
Conclusión
            El proceso de los estados del ciclo vigilia-sueño desempeña una parte fundamental del ser humano, ya que como necesidad fisiológica primaria, la persona necesita dormir para vivir. De este modo, dormir lo suficiente es una condicionante para que la persona tenga una vida saludable, a nivel corporal como mental. Y, aunque esta dialéctica humana sea difícil de comprender a nivel cerebral y neuronal, hemos llegado a la conclusión que este proceso cíclico es el resultado del dinamismo de nuestro sistema neuronal, donde las principales estructuras nerviosas relacionadas con estos estados de vigilia y sueño, son la corteza cerebral, el tálamo, el hipotálamo y el tronco cerebral, a nivel del puente. No obstante, de todas estas estructuras cerebrales, se ha concluido que la formación reticular tiene una especial importancia, ya que contiene grupos específicos de neuronas que reciben información sensorial y activan la corteza cerebral. Asimismo, se sabe que ciertos grupos de neuronas de esta formación, armonizan a sistemas modulares como el locus ceruleus o el complejo rafé, que regulan la actividad de neuronas de la corteza cerebral. Luego, la formación reticular es necesaria en este proceso cíclico de la vida del hombre.

            Asimismo, al haber estudiado ya las estructuras cerebrales relacionadas con el ciclo vigilia-sueño, hemos visto que el sueño tiene dos etapas principales: Etapa de sueño lento o no-MOR y etapa de sueño rápido o MOR. En la primera etapa hemos visto que el sueño está dividido en cuatro etapas, donde las dos primeras fases tienen que ver con el sueño lento superficial, ya que es fácil despertarse ante cualquier estímulo luminoso o sonoro y, en las dos segundas fases se habla de un sueño profundo y con mucha dificultad de despertarse, donde el tono muscular es débil y la frecuencia cardiaca y respiratoria disminuyen.  Asimismo, en la segunda etapa del sueño, conocido como sueño MOR, hemos visto que como quinta fase, se caracteriza por el movimiento rápido de los ojos, una abolición completa del tono muscular y una aceleración irregular de la frecuencia respiratoria y del pulso.

            Saber de todo esto sobre las estructuras cerebrales relacionadas con el sueño y la vigilia, y los estados de esta dialéctica humana, como grupo nos ha hecho concluir que ambos estados están relacionados entre sí y que, es el sueño el que alimenta al estado de vigilia y le garantiza a la persona una actividad sana y productiva mientras está despierta. Así, hemos concluido que gracias al tiempo suficiente que le demos de sueño a nuestra vida, cada día recuperaremos energías para poder sobrellevar la agitada actividad física y mental que con coraje y valentía desarrollamos mientras estamos despiertos. De igual forma, concluimos que si dormimos lo suficiente, estaríamos garantizándonos nuestra salud física, una buena calidad de vida en nuestras relaciones familiares, un sano estado emocional y el entusiasmo y buen rendimiento productivo en el campo laboral; asimismo, estarías librándonos de inminentes riesgos de enfermedades al cuerpo como a la mente. Así, afirmamos, aseguramos y concluimos, que el dormir es necesario para vivir.
  
Referencias bibliográficas y virtuales:
-       GARCÍA-ALIX, Alfredo. El sueño, la vigilia y los ritmos circadianos. Ediciones Díaz Santos, Madrid: 2011. Recuperado de http://site.ebrary.com/id/10592595.
-       VELLUTI, Ricardo. Esquema de la fisiología del sueño. Rev. Méd. Uruguay 1987; 3: 47-57. Recuperado en http://www.rmu.org.uy/revista/1987v1/art5.pdf
-       FRANCO PEREZ, Javier. Principales neurotransmisores involucrados en la regulación del ciclo sueño-vigilia. Recuperado en www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php
-       REYNOSO SUÁREZ, F. Neurobiología del sueño. REV MED UNIV NAVARRA/VOL 49, Nº 1, 2005, 10-17. Recuperado en www.unav.es/revistamedicina/49_1/paginas%2010-17.pdf
-       AGUIRRE NAVARRETE, Rafael I. Bases anatómicas y fisiológicas del sueño. Rev. Ecuat. Neurol. Vol. 15, No 2-3, 2007. Recuperado en http://www.medicosecuador.com/espanol/articulos_medicos/125.htm
-       BONET LUZ, T. Universidad de Valencia. Valencia: 2008. Recuperado en http://mural.uv.es/teboluz/index2.html
-       Marco, J. M. (2010-2014). Viscoform. Punto de salud viscoform. Recuperado de http://www.viscoform.es/blog/2010/03/la-importancia-del-sueno-la-importancia-de-dormir-bien/
-       Bermejo-Rubio. N. (2009 – 2013).  Web Consultas. Natal ben Supra. Recuperado en  http://www.webconsultas.com/narcolepsia/las-fases-del-sueno-2983#
-       Guerrero, G. P. (23-12-2008). Plan Amanecer. Portal. Recuperado en http://www.planamanecer.com/portada/actualidad%20%7C%20noticias/content/modo/view/id/242/itemid/7
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá C. D Colombia: Vicerrectoría Académica Dirección Nacional de innovación Académica. Recuperado en  http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/medicina/2007860/lecciones/cap1/01_01.htm
[1] Según http://es.wikipedia.org., la Decusación es un término utilizado en contextos biológicos para describir un cruce. Así, en el cerebro, las fibras nerviosas cruzan oblicuamente de una parte lateral a la otra, es decir que cruzan a un nivel distinto de su origen. Por ejemplo: la decusación de las pirámides.
[4] Ibíd. 

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