sábado, 13 de junio de 2009

El pensamiento de Pedro Abelardo

La duda y las reglas de la investigación

Abelardo se preocupa por llegar al conocimiento de la verdad. Para esto enuncia el siguiente principio: “La investigación se emprende con el estímulo de la duda, y por medio de la investigación se llega al conocimiento de la verdad”. Esta fórmula general esclarece el carácter problemático del pensamiento, tanto filosófico como teológico. La duda para Pedro Abelardo no es más que el punto de partida: no es obstaculizada sino un camino hacia la investigación. Pero se trata de una duda metódica, mediante la cual hay que someter el texto examinado de un filósofo, de un padre de la Iglesia o de la escritura a un control crítico o permanente.

Abelardo encuentra tres reglas para hacer una investigación, mediante la cual se puede llegar al conocimiento. La primera regla prescribe un análisis del significado de los términos del un texto, con todas sus implicaciones histórico-lingüísticas. Aparte de eso, Abelardo sostiene que “el entendimiento de un texto puede verse obstaculizado por el uso desacostumbrado de un término. La segunda regla prescribe la comprobación de la autenticidad del escrito tanto en lo que concierne al autor como en las eventuales corrupciones e interpolaciones textuales. Y La tercera regla indica que el examen crítico de los textos dudosos se lleve acabo haciendo referencia a los textos auténticos como elementos de comparación y se tengan en cuenta las eventuales retracciones y correcciones.

Abelardo invita a no renunciar jamás a la investigación crítica, sin embargo no vacila en subrayar los límites de nuestra mente para entender con plenitud las enseñanzas de los padres o de la Biblia.

La dialéctica y sus funciones

Abelardo distingue la dialéctica tanto de la pura habilidad discursiva como de la sofística, que constituyen una degeneración de aquella, porque pretenden explicarlo todo mediante razonamientos deficientes que incluso se puede convertir en aborrecible para los monasterios y la autoridad de la Iglesia. Pero aparte de eso la dialéctica se identifica con la lógica clásica; y por ello la dialéctica ayuda a distinguir lo verdadero de lo falso.

No seremos capaces de rechazar a los herejes, si no sabemos refutar sus objeciones y triunfe la verdad sobre sus falsas doctrinas dice Abelardo. La dialéctica supone y exige el análisis de los términos del lenguaje, cuya función y significado determina. Una de las funciones primordiales de la dialéctica consiste en el control del nexo semántico entre los términos del discurso y la realidad designada. En este contexto Abelardo se ocupó del problema de los universales.

Quien crea en la radical objetividad de los universales confunde la realidad singular, y por lo tanto, carece de control sobre sus afirmaciones. Asimismo, el que cree en los términos universales no les corresponde ninguna clase de realidad, se ve aquejado de un empirismo fragmentario, incapaz de superar la fase puramente descriptiva de la realidad. Por eso Abelardo adopta un empirismo crítico según el cual “El universal es un concepto o un discurso mental, expresado a través de un enunciado, discurso oral, que tiene su origen en un proceso abstractivo realizado por el entendimiento que, genera intelección de las cosas y que ex institucione ha sido vinculado con la función de significar el status común de una pluralidad de sujetos. Por lo tanto, los universales no son conceptos vanos y falsos o fórmulas verbales vacías sino categorías lógico-lingüísticas válidas, que median entre el mundo del pensamiento y el mundo del ser.

La “ratio” y su papel en la teología

Al cultivar la dialéctica, Abelardo ha querido cultivar la ratio. La dialéctica es una especie de instrumento o lugar de la conciencia crítica acerca de tesis o de enunciados que no se acogen debido sólo a la autoridad del que los propone, sino también basándose en una toma de conciencia de su contenido y de los argumentos aducidos en su favor.

La razón dialéctica es la razón crítica o razón que se interroga continuamente o razón en cuanto búsqueda. Para Abelardo, entre el pensamiento humano y el Logos divino se coloca la ratio crítica. El objetivo de Abelardo es proponer algo verosímil, accesible a la razón humana y no contrario a la sagrada escritura. Por tanto, el perfeccionamiento de la razón finaliza en lo verosímil del razonamiento de divinis, pretendiendo llegar a un conocimiento aproximativo análogo, sin aspirar para nada agotar su contenido.

A pesar de ser conciente de la limitaciones de la razón, Abelardo considera necesaria la indagación crítico racional para ser que los enunciados cristianos se vuelvan accesibles de algún modo a la razón humana y para que en ningún caso sean considerados como absurdos. Después de esto dice que la ratio resulta indispensable para la inteligibilidad, pero no para la comprensión de las verdades cristianas. El intelligere es una acción conjunta de la ratio y de la fides, mientras que el comprehendere es un don de Dios que concede a los hombres dóciles a su gracia.

Los principios fundamentales de la ética

Abelardo también se ocupa de la ética y aquí sostiene que la conciencia es el centro de la irradiación de la vida moral que brota de la intentio o consensus animi. Este es el factor primario y el fundamento de la vida moral, y también lo que sirve para calificar las acciones como buenas o malas. Abelardo dice que no puede llamarse pecado al deseo de hacer lo que no es lícito, sino más bien al consentir a la voluntad y al deseo. Asimismo distingue el plano de los instintos del plano de lo conciente y racional. El primero, está constituido por los impulsos, los deseos naturales, es previo a la moral. El segundo, constituido por la iniciativa del sujeto y por lo tanto por sus intenciones y propósitos, es el propiamente moral. Por eso, “no es pecado desear una mujer, sino consentir ese deseo y la concupiscencia, no es pecado la unión sexual sino que es y se condena el consentimiento al deseo”.

La acentuación del elemento como factor determinante de la vida moral, posee para Abelardo un triple objetivo. El primero consiste en la necesidad de interiorizar la vida moral que a su parecer reside en el alma en cuyo interior, antes de que se patentice en actos específicos, se lleva acabo en el bien o en el mal. El segundo, es la convicción de que nuestro cuerpo no se haya estructuralmente corrompido por la concupiscencia, ni está revestido por la inevitable presencia del mal, del cual habría que liberarse a través del menosprecio de la vida terrenal. Las estructuras corpóreas, las inclinaciones o pasiones humanas no son pecaminosas de por sí sino como consecuencia de una adhesión voluntaria a sus solicitaciones. El tercero, es el de oponerse a la extendida costumbre tanto entonces como ahora de emitir juicios fáciles y perentorios sobre la vida del prójimo, sin tratar de conocer cuáles son sus fines y sus propósitos. Abelardo dice que los hombres juzgan acerca de lo que se manifiesta y no de lo que se les oculta, sin tener en cuenta tanto el reato de la culpa como el efecto de la acción. Sólo Dios examina la culpa con juicio perfecto.

“Intelligo ut credam”

Mientras que para San Anselmo la expresión que recapitula su pensamiento es credo ut intelligam, la expresión que sintetiza el compromiso teórico de Abelardo es intelligo ut credam. La razón no es en Abelardo inmediatamente sirviente de la teología, ya que hay que cultivarla por sí misma para poseer sus instrumentos y perfeccionar su utilización.

Tanto para Abelardo, como para Anselmo la revelación divina es la que brinda los contenidos que más tarde es preciso aclarar mediante las analogías y semejanzas. Pero a diferencia de Anselmo y sus contemporáneos no cree que la razón pueda otorgar explicaciones definitivas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

jopo pero no sirve para estudiar y saber mas de el

Anónimo dijo...

Hola, Me llamo DanAssassin y escribo este co municado para agradecerte por tomarte la molestia de subir tan valiosa informacion, y para decirte que sigas con tu causa. E sfuerte y por eso prevalecera.

Anónimo dijo...

Mil gracias este contenido esta bueno, me ayudo mucho para unas preguntas de Filosofía; de nuevo Gracias :)

Sophi dijo...

no me sirve de mucho :p