miércoles, 17 de junio de 2009

Mi Padre nuestro parafraseado

Padre nuestro: Verdadero, amable, cariñoso…tú nos acoges (Sal 27, 10) tú nos cuidas y nos tratas con gestos de ternura (Os 11, 3-4) tú eres tierno para quienes te temen (Sal 103,3) y tú eres el único padre que está en el cielo (Mt 23, 9).
Que estás en el cielo: Que estás por encima de todo, tú lo eres todo, tú eres la suficiencia, tú eres la fuente de la vida, tú eres la felicidad del mundo: La alegría, la esperanza, la fortaleza; tú eres mi Dios (Is 25,1) y nadie hay tan bueno y tan grande como tú, sólo en ti está mi alegría.

Santificado sea tu nombre: Glorificado sea Señor tu nombre, que tu esplendor y tu generosidad se vean en tus hijos, que tu nombre sea reconocido y proclamado Santo. Irradia tu santidad en los hijos que has escogido, e imprime tu nombre en nosotros para que día y noche nos comuniquemos contigo.

Venga a nosotros tu reino: Que tu reino esté entre nosotros y que se manifieste en los humillados, mediante el amor y la misericordia, y que sea fermento de reconciliación en la sociedad.

Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo: Que todo sea de tu voluntad y de tu agrado, que lo que tú quieres se revele en los marginados, porque ¿qué hombre podrá conocer tu voluntad y quién puede hacerse idea de lo que tú quieres? (Sal 9,13). Revela tu voluntad para que te amemos, para que amemos a los demás, para amarnos a nosotros mismos y para reconocer tu grandeza y alabarte siempre.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy: Para fortalecer nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Danos ese pan de la vida para que no tengamos hambre ni sed de ti (Jn 6,35) y así estar saciados de ti y vivir siempre contigo.

Y perdónanos nuestras ofensas: Por tu infinito amor, para tener la confianza plena en ti; porque sólo tú nos puedes ayudar y sólo en ti está nuestro consuelo, nuestra alegría y nuestra felicidad. Ayúdanos a estar en comunión contigo.

Así como nosotros perdonamos a los que no ofenden: Y por cuantas veces no perdonamos de corazón; danos Señor un corazón lleno de amor para perdonar de verdad a quienes mil veces nos ofendieren y amarlos para atraerlos a ti (Cta M).

Y no nos dejes caer en la tentación: Porque como humanos somos débiles; pero danos la constancia para perseverar siempre y resistir las asechanzas del diablo (Ef 6,11), para estar vigilantes y resistirle firmes en la Fe (1pe 5,9-9).

Mas líbranos del mal: Presente y futuro, para que libres de nuestros enemigos y de los que nos odian, podamos servirte sin temor; Santos y justos todos los días de nuestra vida (Lc 1, 71-74). Amén.

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