sábado, 13 de junio de 2009

Los caminos de la identidad masculina (Juan Carlos Callirgos)

OBJETIVO CENTRAL

El objetivo central de Callirgos es demostrar a sus lectores, que la identidad masculina no está determinada por la naturaleza. Por lo tanto, no se nace hombre, sino que se aprende a ser mediante un largo proceso y bastante difícil. Este proceso es determinado y construido por la sociedad. Si bien es cierto que se nace macho, pero eso no asegura que nazca con identidad masculina.

Asimismo, esta identidad no sólo se adquiere por determinación y construcción social sino que también se va construyendo mediante la negación al otro polo, sobre todo a la madre, porque es ella nuestra primera fuente de identidad. Por lo tanto, la adquisición de la masculinidad es más problemática para el niño que para la niña porque debe rechazar la identificación con su madre como condición indispensable para adquirir su propia identidad, autónoma y masculina.

IDEAS PRINCIPALES

a) La masculinidad es determinada y construida por la sociedad

* Si los hombres pasan pruebas para hacerse hombres, es porque la masculinidad no está determinada por la naturaleza. La sociedad lo hace hombre a la fuerza porque incluso le determina funciones; además en sociedades rituales como en Nueva Guinea, adquirir la masculinidad es bien difícil porque se adquiere dicha identidad mediante ritos de iniciación bastante violentos y dolorosos. Nueva Guinea no la única comunidad donde se practican ritos de iniciación peligrosos para ganarse el status de hombres, en otras localidades también se practican.

* Se exige a los varones a “ser hombres”, o “bien hombres” y “actuar como hombres”. De esa manera, la masculinidad es una condición a conquistar y no una condición natural del macho de la especie. Incluso en escuelas, mixtas o de varones, así como en algunos barrios; los varones deben demostrar que son contrarios a lo afeminado, aguantando temores y dolores físicos, haciendo deportes y soportando castigos físicos, etc. En conclusión, la identidad masculina se gana con el combate.

* La afirmación de la masculinidad será diferente según la clase social. En una sociedad de pastores griegos, durante la juventud, el varón muestra su fortaleza física; incluso tiene que demostrar que es capaz de morir por su familia para confirmar su masculinidad. Asimismo, en el joven norteamericano prima el culto al cuerpo, el deporte, la agresividad y sus conquistas femeninas para confirmar su masculinidad. Y esto se ve incluso en sociedades de clases media y baja.

* Los deportes colectivos también marcan un rito de iniciación a la virilidad, con la competencia, la agresión y la violencia. Asimismo la masculinidad es equiparada con el poder sobre las mujeres, inclusive poder sobre otros hombres. Los varones son los que se esfuerzan en manejar símbolos de poder y prestigio. El modelo ideal es el violento, agresivo, deportista, etc.

b) La masculinidad es determinada y construida mediante la negación de su primera identificación (su identificación con la madre)

* La adquisición de la masculinidad es más problemática para el niño que para la niña, porque debe rechazar la identificación materna, la primera fuente de identidad para adquirir su propia identidad masculina. Conforme avanza la vida sabrá que es un ser autónomo y con nombre propio. En consecuencia, adquirimos identidad por oposición, negando una y otra vez ese primer vínculo materno.

* La madre trata al hijo enfatizando su masculinidad en oposición a ella y empujándolo a asumir un rol masculino en su relación con ella. Por lo tanto, la madre también interviene en modelar según sus concepciones la masculinidad del hijo.

*La identidad masculina se adquiere en el proceso de diferenciación con la madre y el mundo femenino. El niño debe hacer lo que dice su madre, pero de una manera de hombre.

* La primera obligación para un hombre es la de no ser una mujer. Por esta razón en diferentes sociedades el hombre está obligado a romper con su propia feminidad producto de su permanencia infantil en la esfera materna. Incluso se les hace una presión diciéndoles que los niños no lloran.

CAMENTARIO

Callirgos ha hecho un buen estudio sobre la masculinidad. Si bien es cierto, es sujetivo, pero es una realidad que ya desde la antigüedad se ha practicado. La sociedad es quien determina cómo tiene que ser y qué funciones debe desempeñar el individuo para identificarse como hombre o como mujer.

Callirgos se da cuenta que resulta difícil adquirir una identidad masculina puesto que el individuo tiene que superar una serie de pruebas, violentas y peligrosas. Lo peor de todo es que todas las sociedades terminan naturalizando esos modelos que ella misma los construye. Realmente, según la mentalidad de Callirgos se puede afirmar que como varones, estamos condenados a someternos a las reglas de la sociedad para adquirir nuestra identidad masculina, porque es ella quien exige y modela el ser hombres. En cierto sentido, es más fácil para las mujeres adquirir su identidad femenina que para los hombres su identidad masculina. Además, las mujeres adquieren su identidad femenina por naturaleza, mientras que los hombres tienen que sacrificarse y luchar para obtener la masculinidad.

Actualmente estamos en un mundo que se valora la fuerza, y mostrar nuestras debilidades es considerado de cobardes. Nos cuesta mostrarnos cómo somos y escodemos nuestra vulnerabilidad, pero como dice Callirgos: tenemos que luchar reivindicar nuestro derecho de ser débiles como condición propia de nuestra humanidad.

Es interesante esta investigación de Callirgos porque reconoce dos aspectos esenciales a partir de los cuales se construye la identidad masculina: a partir de la determinación y construcción social y a partir de la oposición a la identidad inicial. De esos dos aspectos depende la identidad de género, en este caso del género masculino.

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