sábado, 13 de junio de 2009

La crisis europea y la actitud teórica (Edmund Husserl)

Hay que tener en cuenta que Husserl está reflexionando sobre lo que la humanidad europea está viviendo, la fuerte influencia del positivismo, la cual le ha producido una enorme crisis. Por eso, él centra su reflexión en el tema de la crisis europea desarrollando la idea filosófico-histórica (o el sentido teleológico) de la humanidad europea[1].Pero esta crisis es el efecto del olvido del telos de Europa, ese telos que lo caracteriza desde su génesis. Husserl intenta recuperar ese telos, intenta traer a la memoria aquello que le caracteriza desde sus orígenes pero que ha sido echado al olvido. Sin embargo, si bien es cierto que Europa ha olvidado aquello que le caracteriza (su sentido teleológico), Husserl tiene la esperanza de que esta crisis europea recibirá una nueva luz[2], aquella que desde su origen le pertenecía.

Cuando Husserl habla de esta recuperación del telos, está pensando sobre todo en recuperar la actitud de la filosofía griega, porque los científicos han olvidado por completo formular siquiera el problema de una ciencia del espíritu universal y pura[3]. Ese olvido motiva a Husserl recuperar apasionadamente el sentido espiritual de Europa; ese olvido que ha cegado a los científicos hasta tal punto que han echado a perder las ciencias en el sentido griego antiguo. [Por eso, lo que él está buscando es la] unidad de una vida espiritual[4].Pero para esto, necesariamente tiene que enfrentarse al objetivismo imperante en Europa que debe ser erradicado; puesto que es éste (el objetivismo) el que ha hecho olvidar a Europa su sentido espiritual. Es el objetivismo el que ha llevado al olvido el sentido teleológico de Europa, es el objetivismo la causa que ha producido el olvido del génesis espiritual de Europa.

Asimismo, para Husserl, es el objetivismo el que ha distorsionado el sentido de Europa espiritual, incluso se ha llegado a pensar que la superioridad humana está en las razas, generando una exclusividad entre los seres humanos. Cuando habla de esto se está refiriendo sobre todo al nazismo. Esta idea debe ser erradicada porque la superioridad del hombre no se encuentra en la raza. A la comunidad europea lo que le une es el telos espiritual y por lo tanto dice Husserl: no hay por razones esenciales, una zoología de los pueblos[5].La superioridad humana no es determinada por la raza, antes bien, esta idea de superioridad por la raza es una idea errada y por lo tanto debe ser erradicada.

El naturalismo ha estado triunfando enormemente y no debemos dejarlo seguir creciendo, sino más bien debemos desenmascararlo, para retornar a nuestros orígenes, a la filosofía nacida en Grecia, ya que ésta es la ciencia unitaria[6]. Pero para esto, es necesario que cada uno, que cada europeo, tome conciencia por voluntad propia, y reconozca que debe asumir una actitud frente a la crisis europea. El problema está en que esta crisis no es inmediatamente evidente, sino que necesita de un análisis por parte de cada individuo, un análisis de la realidad completa, y todo lo que está imperando en ésta (la realidad), el objetivismo. Se trata entonces de asumir una nueva actitud frente a la vida, una actitud que despierte un nuevo estilo de existencia personal en su círculo vital, en la comprensión reflexiva de un devenir correspondientemente nuevo[7].

Husserl está motivado por despertar la conciencia de cada individuo, de cada europeo y por ende de la humanidad entera, para que por voluntad propia, cada individuo conquiste para sí, la vocación de trascendencia respecto al ideal imperante en Europa. No podemos, por lo tanto, interpretar la vida sólo desde los hechos como lo sugiere el positivismo, sino más bien, debemos tener una mentalidad abierta para asumir sin reparo alguno, una visión omniabarcante, como aquellos que nos precedieron en nuestros orígenes, los griegos.

Ahora bien, pero ¿qué es aquello que caracterizó a nuestros predecesores que nosotros debemos recuperar? La respuesta de Husserl sería la actitud teórica. Pero hay que tener en cuenta que al decir que debemos recuperar cierta actitud, no se refiere a recuperar las tradiciones o teorías antiguas, tal y conforme las formularon los griegos, sino más bien a ese afán por la filosofía, a ese interés que sólo a ellos ( los griegos) los caracteriza y en ellos tuvo su origen, pues sólo entre los griegos nos encontramos con un interés vital universal (cosmológico) en la forma esencialmente nueva de una actitud puramente teorética[8].Al ser esta actitud completamente teórica, excluye toda concepción práctica de la vida. Cuando se refiere a esa concepción está aludiendo sobre todo a las concepciones orientales que explican el mundo mediante una concepción propia, según la concepción mítico- religiosa.

Pero para adquirir esta actitud teorética, necesitamos sobre todo, poner en suspenso todo lo que pudimos haber aprendido, todas las certezas naturales que hayamos adquirido; pero esas certezas, consideradas tal vez como verdaderas y ciertas, sólo pueden ser desenmascaradas con la actitud teórica, mediante la filosofía. Necesitamos por lo tanto, una apojé voluntaria respecto a toda praxis natural[9].No se trata con esto de aniquilar la concepción de aquellas culturas (orientales) que explican el mundo desde una actitud mítico-religiosa y por ende práctica, sino lo que Husserl está proponiendo es que Europa asuma una actitud genuinamente filosófica, y por lo tanto teórica, puesto que esa actitud caracterizó a occidente desde su origen en Grecia.

Al ser la filosofía griega genuinamente teórica, no podemos, por ninguna manera, asemejarla a las “filosofías” orientales[10], puesto que estas “filosofías”, al tener una actitud mítico- religiosa, se nutren de un interés práctico, mas no teórico. Por eso, sólo la filosofía griega debe ser considerada como auténtica, debido a que excluye toda explicación mítico-religiosa. Debemos por tanto, asumir una actitud completamente teórica, porque sólo allí el hombre pasa a ser un espectador desinteresado, vigía omniabarcante del mundo, se convierte en filósofo[11].

Ahora bien, para que el hombre adquiera esta actitud teorética, debe sentirse conmovido por un cambio de sentido de la vida, cambio en el sentido de una modificación de la curiosidad[12]. Por eso, no debemos ser alienados a lo imperante, porque eso puede limitar nuestra capacidad de pensar, eso puede limitar a la tarea de la teoría, a la edificación del conocimiento teórico[13].

Pero podríamos preguntarnos: ¿Cuáles son los medios para asumir una auténtica actitud teórica? La respuesta inmediata de Husserl sería la crítica. Por eso, no debemos aceptar plenamente la realidad tal como la sociedad nos la presenta, o como cierto paradigma científico lo propone; como el positivismo que ha cegado a la humanidad europea y le ha hecho olvidar el telos que le caracterizaba desde sus inicios. Sólo con la crítica, que es el medio que caracteriza a la filosofía, podemos impulsar el crecimiento de la filosofía, como en algunas personalidades singulares, como Tales, etc., se desarrolla un nuevo ideal de humanidad […] y una nueva comunidad[14].

La filosofía, desde sus inicios ha asumido una actitud crítica, sobre todo en el cuestionamiento a la tradición, pero en este cuestionamiento, según Husserl, la filosofía puede tomar dos posiciones respecto a la tradición. O bien lo tradicionalmente válido es enteramente rechazado, o bien su contenido es asumido filosóficamente y recibe una nueva conformación en el espíritu de la idealidad filosófica[15]. Pues la esencia de la filosofía es desarrollar una reflexión universal, una reflexión de la realidad completa, sin reparo alguno. Y para esto no tiene que ser cautiva de ciertas normas de la tradición, pues ésta (la tradición) puede poner límites a la filosofía. Además, para que la filosofía pueda asumir esa actitud crítica de la tradición, debe ser totalmente libre, sólo así puede criticarla e impulsar el crecimiento de un conocimiento teórico omniabarcante del mundo. La filosofía debe ser totalmente libre y universal. La filosofía tiene que ejercer su función en la humanidad europea[16].

[1] PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ. Parte segunda. FILOSOFÍA CONTEMPORANEA. Pág. 217
[2] Ibíd.
[3] Ibíd. Pág. 219
[4] Ibíd.
[5] Ibíd. Pág. 220
[6] Ibíd. Pág. 221
[7] PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ. Parte segunda. FILOSOFÍA CONTEMPORANEA. Pág.221
[8] Ibíd. Pág. 222
[9] Ibíd. Pág. 224
[10] Ibíd. Pág. 224
[11] Ibíd. Pág. 225
[12] PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ. Parte segunda. FILOSOFÍA CONTEMPORANEA. Pág. 225
[13] Ibíd.
[14] Ibíd.
[15] Ibíd. Pág. 226
[16] Ibíd. Pág. 227

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